lunes, 31 de julio de 2017

(TOTALMENTE) CERRADO POR VACACIONES

Hoy ha sido mi primer día de vacaciones y voy a estar sin currar hasta el próximo 21 de agosto. Me parece que hacía años que no tenía tantísimas vacaciones, o tal vez sí las tuviera, pero seguro que no las disfruté tanto como las voy a disfrutar este año porque NO PIENSO HACER NADA DE NADA.
 
¿Cómo? ¿Que Pollantonio se va al Caribe?
La semana pasada le compré 'Los hermanos Karamazof' y 'El sepulcro de los vivos' a mi colega José Luis el librero... pero ahí se van a quedar. No pienso hacer ningún tipo de esfuerzo o trabajo intelectual durante todo este verano. No voy a leer, ni voy a escribir, ni voy a ver la tele y, bueno, ya sabéis que ni Smartphone tengo, así que como os decía me he propuesto darle un descanso total a mi cerebro. De hecho, ayer estuve jugando a la Master system, en un emulador de la Gameboy micro, y creo que en los próximos días me voy a dedicar a pasarme el Sonic de la Master, que nunca lo he hecho. Qué cutre, ¿verdad? Jajaja.
 
Pues eso, que nada de Maricones del espacio hasta la vuelta. Estaré en la piscina y en la playa nadando o tomando el sol; echándome siestas por las tardes en una tumbona y yéndome pronto a dormir por las noches.
 
Este año he currado mucho. Además de cambiar de trabajo y tener que adaptarme al nuevo ambiente también me he quedado muchos días hasta las dos o las tres de la mañana haciendo cosas de la comunidad o con temas del libro y todo eso. A mi regreso ya volveré a pillar el ritmo, porque tenemos muchas novedades previstas para septiembre: Tenemos que publicar el MARICONES MANÍA en físico; tenemos que poner en funcionamiento la campaña de promoción en la que hemos estado trabajando; acondicionaremos la web otra vez... A todo esto, hablaré con Lucía para hacerle una nueva propuesta de colaboración. Su editorial Libros de autoengaño nos ha llevado por todos los festivales de España, y aunque nos haya dejado un poco de lado últimamente (otras cosas estará haciendo) seguimos estando en deuda con ella, así que le comentaré a ver qué le parece participar en el plan de promoción que hemos previsto.
 
Ah, y como colofón vacacional el próximo 16 de agosto vienen los HEPCAT a tocar al Estraperlo. Vamos, que ni me lo creo. ¡Qué maravilla! Obviamente, allí estaremos. 

Nada chavales, os deseo que vosotros también tengáis buenas vacaciones y ya nos vemos a la vuelta si eso.
 
¡Cuídensemelé!
 
-R-

miércoles, 19 de julio de 2017

EL VERDADERO 'VERANO DEL AMOR': 1987 - ROBOCOP + DEPREDADOR

Recuerdo las caras de agrio que me ponía la peña cuando, al preguntarme cuál era mi película favorita, yo siempre respondía que era Robocop. Ayer me enteré que hace tres décadas ya desde que la película declarada como la más violenta del género de ciencia-ficción llegó a la gran pantalla en los Estados unidos. Cuando me han pedido explicaciones al respecto, que cómo podía ser mi favorita una película tan ultra-violenta como esa, yo solía argumentar que Robocop tiene dos niveles: Es una cinta de acción con muchos tiros y tal, pero la crudeza de la  misma también invitaba a pensar, pues tiene una gran carga de reflexión filosófica sobre temas tan imperecederos como la vida después de la muerte, la verdadera justicia, la corrupción del sistema capitalista moderno, la amenaza de la tecnólogía sobre el factor humano... Pero vamos, que todo eso son mamarrachadas que digo ahora. A mí lo que verdaderamente me gustaba de la película, siendo un chaval, era que Robocop reventaba a tiros a los hijos de puta, que le salía un pincho del puño, que era inmune a las balas y sobre todo adoraba el espanto que me causó ver cómo moría el sicario asqueroso que se cae en el bidón de ácido y cómo se desangraba el hijo de la gran puta podrido aquel que era calvo y llevaba gafas. Algunos dirán que no, porque ahora lo que se lleva es la tolerancia a cualquier precio y el puto-buenismo, pero todos adoramos la venganza cuando es justa, y es precisamente ese sentido de la justicia lo que estamos perdiendo.
 
Revisando entradas de blog donde ponen a Robocop por las nubes, que ya veo que no soy el único, he descubierto también que fue estrenada a la par con Depredador. Apenas unos pocos días de diferencia separan el estreno de ambas. No voy a hablaros de ellas, porque ya existen suficientes entradas en internet que las comentan y las elogian, sino que aprovecho para reivindicar tanto el impacto de las mismas como la plausible libertad con la que se expresaba el cine de acción de los ochenta. Todos estaremos de acuerdo en que esa libertad ya no existe, y no está controlada por ningún gobierno ni ningún organismo censor, sino que está regida por el designio de esa gran amenaza que se cierne a nivel mundial: Los tentáculos del Gran hermano, el dedo acusador de los chivatos de toda la vida que ahora se extiende por las redes sociales y coacciona a la gente para que acepte a decidir, bajo sus amenazas, sobre lo que está bien y lo que está mal. Una puta mierda, vamos.
 
Como no quiero extenderme mucho más, tan sólo permitidme invitaros a recuperar ese espíritu libre que murió a finales de los noventa para reencarnarse en puro y asqueroso cinismo buen-rollista. Además, permitidme también insistir en que bajo mi criterio ambas cintas siguen siendo tan disfrutables como el primer día.
 
¡Chuparos esa, Flanders de mierda! 

-R-

lunes, 17 de julio de 2017

CAMBIO DE PLANES - PROGRAMA DE PROMOCIÓN NACIONAL, PRIMERA PARTE

Esto funciona así. Yo ya lo sabía, porque la experiencia de tantos años ya me lo advirtió, pero os lo quiero comentar para que lo tengáis presente: Cuando dejas algún proyecto en manos de los demás, casi que por inercia y por costumbre, como decía Ágorer: "Al final, te comes una mierda". Eso es así, no puedes esperar que nadie te eche un cable a no ser que con ello satisfagan su propio interés o sea algo que les exija el mínimo esfuerzo. La gente que más se queja de la "hipocreshía" y de la falta de interés por parte de los demás en realidad son los que más corrompidos están por el utilitarismo.

En conclusión: Las cosas tienes que hacerlas siempre por ti mismo... y no merece la pena cabrearse con nadie. Cuando te vengan a chupar la polla será cuando ya hayan bocas de sobras, jajaja.
 
 
Tal como os avanzaba en el artículo anterior, mi socio y yo hemos decidido darle una vuelta de tuerca a los planes que teníamos previstos para el presente año. Si bien habíamos acordado hacer todo lo posible por publicar de forma legal el MARICONES MANÍA, con su ISBN + depósito legal + toda esa mierda para que lo vendieran en el puto FNAC, finalmente y en vista de que nuestro proyecto ha sido arrinconado por terceros, nos hemos planteado darle otro tipo de vida a nuestra última publicación. No será un asqueroso bien de consumo por el momento, sino que se convertirá en uno de los exclusivos premios que otorgaremos en un concurso que tenemos previsto lanzar para después de las vacaciones.
 
Estos eran los objetivos de primeros de año.
¿De dónde viene todo este rollo de lo del concurso?
 
El otro día mis padres estuvieron visitando el piso de mis abuelos, porque lo vendieron y antes de cedérselo al nuevo propietario querían rescatar algunos de esos objetos que te traen recuerdos cuyo valor se basa más en el sentimiento que en lo que puedan suponer económicamente. Total, que nos trajeron un libro de recetas de mi abuela y dentro encontré un álbum de cromos que regalaban como promoción de una marca de chicles de los años ochenta. Recordaba que lo había tenido de chaval, pero también recordaba haberlo dejado en el olvido al no haber podido conseguir los cromos que exigía la promoción para poder aspirar al sorteo de una moto (esos '80, jajaja).
 
El álbum me trajo gratos recuerdos y también me dio una buena idea: A todo el mundo le gusta participar en los concursos si es que son divertidos y suficientemente asequibles. Los concursos sirven para promocionar una marca y tomar contacto con la gente a la que después les puede interesar lo que ofreces (tárget, como se dice en inglés). Total, que me puse a indagar y quise conjugar la idea del concurso con alguna campaña viral que hubiese funcionado en los últimos años. Una vez encontré lo que buscaba comencé a darle vueltas al asunto y desde entonces, que no sé si hace ya un par o tres de semanas, he estado trabajando para darle forma. El caso es que está quedando muy bien y le veo muchas posibilidades.
 
¿Para qué cojones queremos hacer ahora un concurso?
 
Muy sencillo: Pues para promocionarnos, que es lo único que nos falta. Todos sabemos que una de las cosas que más dinero mueve y genera en el mundo es la publicidad, que es bastante cara y que, bien utilizada, te puede garantizar un elevado número de ventas. Pues bien ,en lugar de utilizar los medios comunes de publicidad (anuncios, banners, spam, buzoneo y demás) hemos acordado llevar a cabo un concurso que propagaremos por la red  y que debe servir tanto para divertir a quien en él participe como para asegurarnos un amplio contacto con aquellas personas que puedan tener interés en adquirir nuestra colección, ni que sea para regalársela a su cuñado el día de su cumpleaños.
 
¿Y qué vamos a regalar en el concurso de marras?
 
Pues se supone que ofreceremos un premio grande, algo que llame la atención de nuestro verdadero público (treintañero, viejoven, semi-friki y con un humor similar al nuestro) y luego regalaríamos 100 premios de consolación para quienes participen pero no consigan ganar el primer premio. Ahí será donde recabaríamos nuestros nuevos seguidores, pues esos 100 premios serán 100 ejemplares del Maricones Manía, un libro que sirve a su vez para dar a conocer el resto de la colección. Si cada persona a la que le llega el Maricones manía se interesa por nuestra colección y decide comprarnos algún libro más, podremos recuperar también el dinero invertido.
 
¿Y cuánto os va a costar la broma?
 
Pues una pasta, la verdad. Yo calculo que sobre unos 550 pavos o así. En el premio gordo invertiremos más o menos 100 euros; en imprimir los 100 ejemplares del Maricones Manía nos gastaremos unos 170 euros más; luego nos gastaremos 250 pavos en enviar los premios por correo... así que entre eso, sobres acolchados y demás, es probable que lleguemos a la cifra que os comentaba. Y entonces os preguntaréis:
 
¿Para qué os vais a gastar tanto dinero?
 
Pues mira, porque el mundo funciona así: el que algo quiere algo le cuesta. No es dinero perdido, porque nos lo pasaremos bien, contactaremos con gente y además podremos darnos a conocer ampliamente. Si luego vendemos más o menos libros ya nos lo dirá la suerte que tengamos con nuestra promoción. Al fin y al cabo, a todas las empresas les pasa igual, nunca puedes tener la certeza al 100% de que tu campaña vaya a funcionar... pero es esa incertidumbre angustiosa lo verdaderamente divertido de los negocios.
 
¡Hagan juego, señores!
 
-R-

lunes, 3 de julio de 2017

CONSEJOS DE MIERDA PARA ESCRITORES: AUTOSUFICIENCIA

Tal como os prometí en alguna entrada anterior, aquí os dejo unas cuantas reflexiones con respecto a mi experiencia en el campo de la autopublicación. No os dejéis engañar por las gilipolleces que cuenta la peña en los foros y en los videos de YouTube, nah, son todo basura. La mayoría de ellos no han conseguido una puñetera mierda y se las dan de guays. Dejadme que os cuente algo sobre las conclusiones a las que he llegado:
 
1.- Has escrito un libro, y como es habitual, crees que es súper especial, que merece ser leído por todo el mundo y que es inconcebible el que no te vayas a forrar con semejante genialidad. Bueno, ahora me remonto a mi Yo de hace 10 años para decirme: Deja de mirarte el ombligo y date cuenta de la cantidad de piyulis (cientos de miles en todo el mundo) que, como tú, están tratando de conseguir dejar de trabajar gracias a haber escrito un libro. ¿Lo ves? No eres tan especial, pero no te desanimes, ya has hecho algo más de lo que suele hacer la gente, que mayormente es ver la tele, quejarse y lloriquear por ser unos fracasados. Ya tienes algo: Un trabajo creativo y, aunque no lo creas eres escritor, porque como decía Agnes Chevalier en La hora chanante: Hoy en día, cualquiera que escribe un libro ya se cree que es escritor.
 
2.- No seas tan patético de mendigarle a las editoriales, es tan lamentable como tener que mendigar sexo. Las editoriales no te quieren, y tú a ellas tampoco. Verás, despejemos unas cuantas dudas al respecto: Las editoriales son unas empresas que utilizan tu trabajo creativo para convertirlo en productos. Sí, eso es. Si hicieras Coca cola ellos la meterían en una lata, le pondrían colorines, la llevarían a las tiendas mediante una distribuidora y finalmente se venderían por millones de los cuales tú acabarías recibiendo sólo una parte. Bien, ahora veámoslo con perspectiva: ¿Para qué necesitas una editorial? La editorial lo que hace es pillar tu hoja de Word donde tienes escrito el libro y convertirlo en un producto rentable del que luego se llevarán su tajada. Puedes ahorrarte el trabajo editorial si lo haces tú mismo.
 
Esto es lo que se supone que hace una editorial:
 
a) Corregir las faltas de ortografía de tu libro; corregir la sintaxis y otorgarle a la historia un desarrollo correcto. Esto deberías poder hacerlo tú ayudándote con Google.
 
b) Hacerte una portada. Si no eres suficientemente hábil, porque la mayoría no lo somos, búscate un colega que sepa usar muy bien el Photoshop. Diseña la portada tú mismo con bocetos y luego termínala haciendo en PDF utilizando la maestría de tu amigo diseñador. Si da la maldita casualidad que no conoces ninguno, que ya es raro hoy en día, puedes contratar los servicios de un profesional. Lo mismo, búscalo en Google.
 
c) Maquetar el libro. No necesitas ningún programa complicado aunque te digan lo contrario. Puedes hacerlo con el Word. Sólo es importante que dejes los márgenes correctos para cuando lo vayas a imprimir. Si no tienes mucha idea, cuando pidas el ejemplar de muestra puedes corregirlos a razón de como te haya quedado. Así lo hice yo.
 
d) Hacerte una camisa para el libro en PDF. Eso es: portada + contraportada + lomo, todo junto. Lo dicho, necesitarás un colega hábil o un profesional del Photoshop. Para saber qué medidas has de utilizar es mejor que le preguntes antes a la imprenta.
 
e) Imprime tu libro. Utiliza ESTUGRAF, tienen unos precios cojonudos y trabajan tope de bien. Sólo tienes que mandarles el libro en PDF + la camisa en PDF y ellos harán la magia. Cuando les mandes tus archivos ellos te devolverán el proyecto de cómo quedará tu libro en PDF, así que antes de imprimir aprovecha para repasarlo concienzudamente. Hazles todas las preguntas que necesites, sin problema, y luego pídeles un ejemplar de prueba. Te costará 35 pavos, pero piensa que ese será tu primer libro y podrás tenerlo siempre de recuerdo. Luego, cuando el resultado esté bien, puedes pedirles que te impriman una tirada de 100 libros. Sale asequible y, tranquilo, aún tardarás bastante en sacártelos de encima.
 
f) Por último, y ya que pasas de editoriales, te recomiendo que pases 100% del tema legal. Pasa de ISBN, pasa de depósito legal y toda esa mierda. Piensa en tus libros no como hacen ellos, que piensan en productos, sino en que son objetos únicos. Son 100 copias de tu primer libro, que podrás regalar o vender a quien tú quieras. No hay problema con pasar de toda esa morralla, todavía no vas a ganar el mínimo que exige hacienda para tener que declarar tus beneficios. Si llega un día en que te tienes que preocupar de declarar grandes beneficios, te lo aseguro, eso ya no supondrá un problema.
 
3.- Fíjate, ya tienes tus libros en casa y estás loco de contento con cómo han quedado. Y ahora qué ¿Quién te va a comprar tu libro? Pues bien, se supone que esa es la parte de la que se encarga la distribuidora ¿No? Ellos tienen contacto con todos los comercios donde se venden los libros y son los que los clasifican, administran, almacenan y distribuyen. Total, que para entendernos son una empresa de logística que en vez de distribuir pan o cerveza distribuyen libros. Créeme cuando te digo que si ya es difícil que una editorial se interese por tu libro, mucho más difícil es que se interese una distribuidora. Ellos están interesados en los productos que funcionan y te aseguro que tu libro no entra en esa categoría... pero no porque sea malo, sino porque hay una cantidad de oferta descomunal y el mercado está saturado de mierda de gran calibre. De todas formas, también te digo que si la editorial te chupaba la sangre la distribuidora te va a libar los intestinos. Es decir, que si podías ganar algo vendiendo libros entre ellos se van a quedar con un 70% o un 80% de los beneficios. ¡No me jodas! Pues sí, piensa que son empresas que tienen gente trabajando en administración, almacenaje, logística etc que también tienen hijos y que han de comer. Entonces ¿qué? ¿Qué hago para distribuir mis libros sin que me sangren? De nuevo la respuesta es: hazlo tú mismo.
 
Esto es lo que hace una distribuidora:
 
a) Para empezar, tener un stock de libros. Eso, si has seguido los pasos anteriores, ya lo tienes. Quédatelos en tu casa y no tengas prisa por sacártelos de encima. En lugar de regalarlos, véndelos a un precio asequible. Si lo que de verdad quieres es que la gente lo lea, no seas tan imbécil de venderlos a 10 putos euros. No me jodas.
 
b) Deberás tener una página web donde se dé visibilidad a tu libro. Háztela tú mismo con las páginas profesionales de creación web. Están muy bien y últimamente tienen precios muy asequibles. Si puedes crear una tienda online dentro de la página, mejor... pero vamos, que tampoco te flipes. No cantes victoria todavía, piensa que a tu puñetera página, por muy chula y moderna que sea, no va a entrar ni dios. En realidad, dejando un email de contacto para que te puedan pedir el libro ya sería más que suficiente.
 
c) Créate una cuenta de correo para gestionar una lista de contactos y recibir pedidos. Tenla para enviar spam de promoción, pero ten por seguro que al principio no te va a escribir nadie. Lo de las redes sociales y toda esa mierda no sirve para nada. Puedes poner 2.000 veces "Por favor, compra mi libro" pero como te decía antes el patetismo no conseguirá que vendas más. Tú no quieres ser un mendigo literario.
 
d) Compra 100 sobres acolchados en EBay. Van de puta madre para cuando alguien te pida que le mandes un libro. Los tendrás ahí criando polvo hasta que vendas alguno, claro, jajaja, pero todo se andará.
 
d) De momento dedícate a vender los libros por tu cuenta. Al principio venderás una puta mierda, tenlo por seguro, pero eso es mayormente porque no has conseguido dar aún con la clave del trabajo de la distribuidora. Déjame que te desvele cuál es la piedra roseta de todo este embrollo que consiste en ganar dinero vendiendo libros:
 
¡Un buen método de promoción!
 
Sí, te aseguro que si has sido capaz de sacar adelante todo lo anterior lo único que te faltará es un método de promoción que consiga hacer creer a la gente que necesitan lo que les estás vendiendo. Esa mierda es la puta clave. Te recomiendo, si no lo has hecho ya, que vuelvas a ver El lobo de Wall Street para ilustrarte.
 
Aquí sí que por el momento no puedo dar ningún consejo más, porque precisamente es en lo que estoy trabajando ahora, pero ten por seguro que en mis próximas publicaciones iré sacando a la luz el método que se nos ha ocurrido a nosotros y que yo mismo valoro como muy bueno. Eso sí, se dice que se predica con el ejemplo, así que no voy a teorizar. Si la cosa finalmente funciona, podrá servir para ilustrar este texto.
 
Con respecto a este tema del que digo que es tan importante, sólo puedo decirte que cada método tiene que ser original; que puedes inspirarte en campañas publicitarias o virales que hayan funcionado ya para inventarte una parecida; que es importante que esté dirigida a un público que pueda ser cliente potencial y sobre todo que ofrezca lo que todos nosotros queremos: Dinero, sexo o diversión.
 
En conclusión: Sé tu propia editorial, sé tu propia distribuidora.
 
Hala, me piro al sobre. Me parece que hoy sin p@ja ni ná que estoy muy cansado, jajaja.
 
-R-