Distinguidos negros de mierda, obviamente no iba a pasar por alto lo mucho que ha significado para nosotros la irreparable pérdida de Ozzy Osbourne, el que fuera uno de nuestros padres putativos por excelencia. Si bien hace un par de semanas le andaba diciendo a mi socio que el mérito por el concepto de Black Sabbath y las letras de sus canciones creía justo otorgárselo al siempre humilde y discreto Geezer Butler (para mí el verdadero cerebro en la sombra) hoy, tras la despedida del príncipe de las tinieblas, me doy cuenta de lo muy importante que es para cualquier icono darle preferencia a la presencia y sobre todo al carisma. Como decía Johnny Ramone: "Creía que en este negocio si eras bueno te iba bien. Pero no es cierto".
Ozzy se marcha dejando tras de si muchos herederos y ante todo un legado musical y artístico (permitidme que os recuerde que
su primer libro es sin lugar a dudas el mejor libro que he leído en mi vida) que perdurará para las generaciones futuras aunque solo den cuenta de ello los frikis. Lo que me acercó a Black sabbath fue precisamente eso, la marginalidad. En el instituto debíamos ser solo un par los que escuchábamos los discos del cuarteto de Birmingham, y es que éramos precisamente nosotros quienes aborrecíamos la cultura de masas. Ahora, de pronto, se convierte en un fenómeno mundial y parece que todo el mundo celebra la vida y obra del loco de las coles por antonomasia escuchando sus canciones en Spotify. Me sorprende cuanto menos que a día de hoy cualquier chaval se considera friki con mucho orgullo y a mucha honra;
en los noventa no existía dicho término milenial y básicamente la gente se refería a nosotros como los raritos; los infantiles; los marginaos; los cuatro ojos capitanes de los piojos y todos sus etcéteras. Es decir, en nuestra juventud la marginalidad de los espíritus con curiosidad no se celebraba, ni mucho menos; simplemente se vivía lo mejor posible en la soledad de nuestro cuarto.
Pero bueno, volviendo a lo nuestro y hablando de marginalidad, ayer lunes me llegaron los 50 primeros ejemplares del libro de @Conan. Como bien de todos es sabido, cada año proponemos un nuevo plan de promoción para ver si con ello podemos conseguir multiplicar las ventas de nuestros libros o, como mínimo, prodigarnos más allá del círculo de influencia que ostentamos en cada momento. Esta vez le hemos otorgado un precio de lanzamiento muy goloso a nuestro último trabajo. Como podréis constatar, a parte del culazo tremebundo y el magnífico diseño de cubierta perpetrado por mi socio, para esta ocasión hemos solicitado que los libros salgan retractilados de imprenta para que podamos ponerle la pegatina de: OFERTA DE LANZAMIENTO 3€
Alguno se preguntará si estamos regalando la pasta al poner ese precio. Bueno, nada más lejos de la realidad. El precio de compra unitaria de cada uno de los ejemplares que hemos publicado es de 2'5€, por eso me tomo la publicación de esta tirada como una forma de publicidad. Son muy llamativos, tienen un buen precio y además un título que no puedes pasar por alto. Una vez más, nuestra intención es alcanzar un público más amplio... amén de que el contenido del libro no nos pertenece y tampoco hemos conseguido contactar con el autor para que aprobase su publicación. Quiero decir, que lo vendemos barato también para que no se nos pueda acusar de aprovechados o usureros.
Y bueno, no sé qué más contaros... pero vaya que así a bote pronto debo recalcar que ha sido llegar los libros y ya me han comprado bastantes ejemplares. Lo mismo que sucedió con el libro de Elvemon, vaya.
Ah y sí, que a ver si la semana que viene pillo vacaciones de una vez aunque tenga que seguir currando por las noches. Menos mal de los libros porque si no estaría de todo hasta la mismísima polla, jaja.
Abrazzers y que tengáis buenas vacáncers.
-R-
