martes, 30 de junio de 2015

EL MUNDO FUE UN LUGAR MEJOR, ODA A LOS ZOPENCOS

Ante todo, quisiera dejar bien claro que este post no es ningún tipo de columna de opinión y que mi intención al escribirlo no es la de dármelas de listo ni tratar de polemizar con nadie. De hecho lo escribo para mí, pues he pensado que me vendrá bien reflexionar sobre esta idea el día que me esté tomando demasiado en serio a mí mismo.

Clinton tocando el One step beyond. Yeltsin después de follar.
Arafat a punto de hacer el signo de las comillas como el doctor maligno.

Obviamente no les conocí a ninguno de los tres, tan solo guardo un grato recuerdo de juventud donde hubo un tiempo en que, por lo menos los prepúberes, pensábamos que el mundo se podía arreglar con humor y buenas intenciones. Hubo guerras, sí, aunque ellos las llamasen “intervenciones militares” y también hubo tensión, exactamente la misma que ahora… pero ¿cuándo se ha vuelto a ver una estampa tan evocadora como esta, en la que los líderes de las dos potencias mundiales más poderosas del planeta se echaban juntos unas risas? Estoy seguro de que estarían hablando de tetas… o si no de culos. Imagino que Yeltsin le preguntó a Clinton si tenía algún vestido de Mónica Lewinsky en casa, para prestárselo y travestirse en la intimidad mientras follaba con su mujer completamente borracho, jajajaja.
Cabrón, que te ríes del negro. Seguro.
Bill Clinton fue el pichabrava supremo en uno de los países más moralistas y mojigatos que jamás haya existido en toda la historia de la humanidad. Boris Yeltsin, de cuyo aliento se decía que huiría incluso el mismísimo Lemmy de Motörhead, fue probablemente el líder más impopular y anti carismático de toda la historia del país donde más se les ha comido el culo a los líderes políticos. Y qué decir de Yasser Arafat al que probablemente lo llamarían ‘el chaquetero de los cojones’ en su pueblo, pues se pasó la mayor parte de su vida liderando la lucha en favor de la nación palestina… pero luego va y, un buen día, se levanta por la mañana y se da cuenta de que ser nacionalista es una gilipollez y decide que sería buena idea hacer las paces con Israel. Por lo visto también era un secreto a voces el que Arafat le tiraba a pelo y a lana, como David Bowie, y que probablemente engrosaba las filas del club del pepino internacional en un país donde a los homosexuales se los trata peor incluso que a las mujeres. ¿Cómo cojones llegaron a ser estos tíos los líderes del mundo libre?
Si todavía creéis que la cara es el reflejo del alma deberíais echaros un vistazo en el espejo y a ver qué es lo que os encontráis. Lo que es innegable es que, ante tal afirmación, no puedo sino ratificar que tanto Clinton, como Yeltsin, como Arafat tienen pinta de que les podría dejar todos mis ahorros en sus manos, jajajaja. Menudas juergas de putas se debieron pegar los muy cabrones… eso es lo que entiendo yo por ser un auténtico líder mundial. El puto amo máximo.
Es común culpabilizar a los líderes políticos de las situaciones que sólo son responsabilidad de los entusiastas de mierda, los idealistas nefastos y los flipaos de los cojones. Mirad qué estimulante se presentaba el panorama cinematográfico el año en que a Arafat le concedieron el Nobel de la paz: Forrest Gump, Asesinos natos, Ace Ventura detective de mascostas, Clerks, Pulp Fiction, Dos tontos muy tontos, Maverik… El mismo año en que el agorero funesto de Kurt Cobain se pegaba un tiro en la campanilla y al megalómano asqueroso de Nixon le estallaba el cerebro por cabrón el resto de la humanidad celebrábamos la maravilla de la estupidez, el milagro de la ingenuidad y la grandeza de la insignificancia.
Si España es idiota… ¡Qué vivan los ídem!
 
-R-

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