Son una verdadera jodienda, pero sólo porque se están volviendo tan inevitables como el mismísimo dinero. Yo mismo, que trato de conservar mi teléfono móvil desde hace algo más de cinco años por tal de que no me den un Smartphone de esos y sucumbir así a la espiral de tontuna generalizada que conlleva el Whatsapp, el Line y sus putas madres, no puedo sino reconocer abiertamente que las redes sociales son una plataforma de publicidad cuya efectividad resulta abrumadora. Sólo en este mes, y gracias a una pequeña campaña de difusión que ha llevado a cabo mi socio en Twitter, ya hemos recibido el doble de visitas en nuestra página oficial de las que hubiésemos conseguido con las formas de promoción habitual. Y eso que, como os decía, ha sido una "pequeña campaña" por llamarlo de alguna manera, pues supongo que ni campaña se le podría llamar. Vamos, que han sido sólo unos cuantos mensajes, que a su vez han sido reenviados por otras tantas personas que creyeron que ¡MARICONES DEL ESPACIO! podría parecerles interesante.
Descubrimos este blog por casualidad, en el cual aparecen nuestros libros. |
A la vista está que detesto Facebook, Twitter y sus derivados. Cuando Facebook apareció por primera vez me hice una cuenta; como todos, claro... pero meses después tuve que borrarme porque, bueno, porque entre otras cosas descubrí que tengo un problema de adicción considerable con todo ese rollo. Así pues, no quise promocionar CONDILOMA EDICIONES en Facebook mayormente porque pienso que publicitar algo en las redes sociales le resta credibilidad a lo que ofreces. También, porque pienso que trae problemas, ya que siempre hay algún imbécil dispuesto a querellarse contigo porque le parece que estás promoviendo el advenimiento del anticristo o vete tú a saber con qué tipo de colgaos te puedes topar.
Tampoco me gusta pensar que la peña podría tomarse nuestra sugerencia como si tratásemos de venderles algo, quiero decir: "¡Venga, lee mi libro!", "¡Mira mi video!", "¡Escucha mis canciones!". Está claro que eso es una mierda. De hecho, si yo recibiese ese tipo de publicidad, obviamente, me la pasaría por el forro. Hay demasiado de todo, y aunque la gente pida más considero que no es la forma adecuada de llegar hasta las personas.
Resultados del mes de septiembre |
Eso sí, dejando de lado el romanticismo por la ética no hace falta ser estadista para sacar en claro que una semana de promoción en Facebook nos reportaría más lectores y generaría más interés por nuestros libros que todo el trabajo que pudiésemos hacer en plan: subir el libro a páginas de descarga gratuita; poner pegatinas en las calles; participar en webs de literatura, etc... Por una parte te facilitan el trabajo; por contra, te hacen tan sumamente accesible que le restan valor a lo que sea que estés ofreciendo.
¿Entonces qué, redes sociales sí o no?
Pues, a mi parecer, me niego en rotundo a utilizarlas... más que nada por eso, porque no es lógico que yo mismo las deteste pero luego sí quiera hacerlas servir como expositor de lo que ofrezco. Están ahí y sé que son de gran ayuda, una ventana desde donde mostrarte a los demás... pero, exponerse al público de esa forma te convierte directamente en un rufián, en un vendedor de elixires de aquellos del lejano oeste.
Es preferible que si ¡MARICONES DEL ESPACIO! aparece en las redes sociales sea por mérito propio, porque los lectores nos recomienden... y no por que nosotros nos estemos dedicando a venderles la moto a la peña.
-R-