Sin duda hubo otros personajes televisivos que ya podían considerarse como frikis cuando todavía no se había acuñado el término propiamente dicho (Véase, por ejemplo, Carlos Jesús/Micael) pero lo que está claro es que el verdadero arranque de la fiebre por los, digamos, perfiles fuera de toda norma comenzó con las primeras apariciones de Cañita Brava en el espacio televisivo "El semáforo". No estábamos preparados para él, desde luego, no comprendíamos nada... cada actuación suya despertaba una mezcolanza desconocida para el público en la que se daba cabida la vergüenza ajena, la compasión, el despiporre, cierta sensación de lástima, misericordia, pura fascinación y sobre todo asombro por no dar crédito a lo que veían nuestros ojos en riguroso directo. No nos vamos a engañar, todo el mundo tenía la misma sensación y era que el programa sacaba en antena a Cañita como el que saca al tonto del pueblo a bailar para que se rían de él. Eso es así. Para muchos era un acto muy cruel, reprobable e incluso perverso, pero es que con cada actuación suya el programa cosechaba más y más cuota de audiencia hasta el punto en que Cañita se convirtió en la verdadera estrella de El semáforo.
Hasta entonces tan solo habíamos conocido humoristas o cómicos que claramente interpretaban un personaje para hacernos reír. La diferencia radica en que Cañita Brava solo se interpretaba a sí mismo, él era el personaje, totalmente auténtico. Todavía tardarían un par de años en arrancar programas como Crónicas Marcianas o Esta noche cruzamos el Mississippi donde ya se buscaba ese tipo de perfiles para explotarlos como fueron Tamara/Ambar, El risitas, Paco Porras, Octavio Acebes o el Pozí por mentar unos cuantos. Así pues podría decirse que el origen de la búsqueda por esa autenticidad del friki comienza cuando los expertos en cuotas de repercusión mediática se dan cuenta de que las actuaciones en directo de Manuel González Savín revientan todos los pronósticos. El Kurt Cobain patrio si me apuran, jajaja.
Todo esto viene a tenor de que esta semana he encontrado en Todocolección una cinta de cassette de nuestro queridísimo sello M60, y editado nuevamente por Yoko Imperial, llamada CAÑITA BRAVA Y SUS "CREACIONES" (nótese el entrecomillado) que me ha devuelto el interés por reivindicar el papel de tan singular intérprete en la definición del humor patrio. Os voy a dejar el enlace de descarga AQUÍ porque de verdad que canciones como A dos voces, Canción popular china, Monei monei o Canción popular rusa os devolverán la sensación de que nunca se está totalmente a salvo, jajaja. Una puta maravilla del despropósito y la demigrancia colmada de aullidos, octavas imposibles y aplausos pregrabados entre canción y canción.
"Torrente, me debes seis mil pesetas de Whisky" es una frase que queda para siempre en la conciencia de toda una generación. Gracias Cañita.
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