Siempre le digo al Landser que no se le ocurra hacer comentarios sobre política en Twitter, ya sabéis, ese nido infecto que da cabida a todos los chivatos de la clase y que se usa para que los comidos por la envidia vapuleen la imagen pública de los famosos de turno. Bien pues, yo mismo me aplico el cuento y no pienso hablaros de política sino de realidad. Trataré de ser breve.
Llevo triste toda la semana, y es raro en mí, porque hace años que no lo estoy. Sí, entiendo que suene la mar de extraño. Hace tiempo decidí que antes que ponerme triste prefería cien veces estar cabreado, así que acostumbro a estar de un humor excelente o a estar rabioso como un puto perro. Cada uno es como es, ya sabéis, jajaja.
No sé si es verdad lo que dicen en el resto de España, que los independentistas sólo representan un 36% de la población de Cataluña, o si por el contrario son el 76% de la población como he oído esta última semana aquí... o si son el 48% que es lo que salió recogido según la consulta que hicieron la última vez. Lo que sí sé es que en todas y cada una de las familias que viven en Cataluña hay miembros que están a favor de la independencia de la misma y miembros que están absolutamente en contra. El clima se ha vuelto muy nefasto, la verdad, así que si nos olvidamos de lo que dicen los políticos, si nos olvidamos de lo que dice la televisión y si nos olvidamos de lo que dice la prensa escrita lo que nos queda es la realidad, y la realidad es que la posible declaración de independencia ha puesto en contra a una mitad de la sociedad catalana contra la otra. En realidad no importa quién tenga razón, quién se vaya a salir con la suya o quién vaya a salir perdiendo más con todo esto... No, lo que importa es que cuando todo esto se haya resuelto, de la forma que sea, habrá una gran parte de la sociedad catalana, cualquiera de las dos, que se sentirán desencantados con el desenlace de este entuerto y comenzarán a señalar con el dedo a la otra mitad, presos de la rabia y la frustración. Y entonces seremos nosotros quienes tendremos el verdadero problema: Vivir aquí tratando de no odiarnos los unos a los otros.
Decía el otro día el fascista del Serrat (entenderá que es un chiste) que 'independencia' es una palabra hermosa que inflama el corazón de la juventud y moviliza a la gente. Yo quería independizarme a los 20 años, largarme de casa para poder hacer la mía y poner punto y final a las normas estrictas y a las constantes broncas con mis viejos. Con el tiempo me fui de casa, sí, pero lo que no había pensado cuando era adolescente es que después de irte la vida sigue, tus padres no desaparecen y, mal te pese, estás obligado a convivir con ellos.
Recuerdo que mi colega el Pau me contó una vez que junto al bar donde se juntaban los colegas de su hermano había un garito de chavales pro-franquistas y neo nazis. Obviamente yo le pregunté si no se andaban partiendo la cara cada noche, y él me contestó que no... Claro, si tuvieran que partirse la cara cada noche acabarían matándose y, además, en el bar de los neo nazis estaba el primo de uno de ellos, con lo cual habían terminado por aceptar el hecho de que debían compartir el mismo territorio, cada uno con sus movidas, pero procurando no meterse en jaranas porque de lo contrario una cosa llevaría a la otra, un día sería una hostia, otro día sería una paliza... y cualquier día acababan a navajazos y liándola parda. Me pareció una gran lección, ya veis que no la he olvidado y eso que me la contó hace añísimos y en una noche de aquellas de beber mogollón, jajaja.
Estoy seguro de que lo que quiero transmitir esta vez se entiende perfectamente. Todos estamos obligados a convivir en una sociedad donde la mitad pensará siempre una cosa y la otra mitad pensará justo lo contrario. Es cierto que el clima en general está muy chungo, porque aunque la gente trata buenamente de contenerse para que no hayan destrozos, la rabia y la tensión se respiran en el ambiente. Si queréis aportar vuestro grano de arena en pos de solucionar este asunto, os lo digo a título personal, dejad a un lado el odio. De lo contrario todos salimos perdiendo.
I si voleu us ho escric en català.
-R-
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