lunes, 3 de marzo de 2025

DRAGON FALL - HISTORIA DE UN ÉXITO REPENTINO Y SU PRECIPITADO DECLIVE

Bienamados niñotakus, K-poperos y follawaifus así en general. Siguiendo con el hilo del que tirábamos en el pasado artículo sobre Cobra mission y cómo llegó el hentai a nuestras vidas, entre hablar de Sueños y de Vanity angel, me vino a la memoria el recuerdo de un éxito sin precedentes que he querido rescatar del olvido para todos vosotros. 

Estaba en mi primer año de instituto cuando comenzó a correr por clase. Lo trajo el Chamorro y recuerdo que nos agrupábamos en torno a él para que nos leyese las gilipolleces y los chascarrillos (En plan Suneo) del maravilloso y codiciado cómic que se acababa de comprar. Se trataba ni más ni menos que de DRAGON FALL - NÚMERO ESPECIAL (SERIE LILA)


Como en 1994 Dragon ball despertaba una expectación desorbitada, la aparición de un tebeo en plan parodia sobre la serie estuvo en boca de todos. De aquellas todavía no había abierto la tienda de cómics que meses después se convertiría en nuestra visita obligada al salir del instituto... así que recuerdo buscar Dragon Fall por todas las librerías de mi pueblo y en todas partes estaba agotado o no habían oído hablar de él. En menos de una semana se había convertido en un objeto de deseo, de ansia y de anhelo por la gran mayoría de nosotros.

En cuanto abrieron la tienda de cómics junto al instituto lo primero que debían pedirle los chavales (junto con las cartas del Mágic esas) seguramente fue el número cero de Dragon Fall; se debieron agotar igualmente pero tuve la suerte de ser de los primeros en comprarlo. Lo disfruté durante días, leyéndolo y releyéndolo un montón de veces, la verdad que entonces era muy bueno... además, con la promesa de que la serie continuaría después de ese primer número especial.

La espera hasta el siguiente se nos hizo igualmente eterna. Estuvimos preguntándole al librero durante meses hasta que salió el siguiente número. Sucede que, en cuanto salió, uno de mi clase que era muy ansioso (El Santillana) se lo compró recién estrenado y la verdad que para todos fue un bluf. Lo estuvimos ojeando en clase y aunque éramos adolescentes ya nos dimos cuenta que no era lo mismo que el primer tomo; los chistes eran mucho más simplones e incluso el dibujo había perdido calidad. Ahí lo aparcamos y terminó para nosotros Dragon Fall. Supongo que nos tiramos al hentai, jajaja. 

Eso sí, andaba mirando wikipedia y resulta que los cómics de Nácho Fernández y Álvaro López llegaron a venderse en Argentina e incluso se tradujeron al francés para que se vendieran en Francia, Bélgica, Suiza y Canadá... que no es poca cosa. De todos modos, lo comentaba el otro día con mi socio, conforme iban sacando nuevos números y ampliando la serie todavía se volvía mucho peor... así que supongo que la abandonamos antes de hastiarnos de ella, siempre con el regusto y buen recuerdo de aquel glorioso primer número.

Todo esto viene porque, revisando nuestro próximo título a publicar, resulta que tiene el mismo número de páginas que Dragon fall (56), así que por el grueso y el tamaño se verá muy parecido.

En conclusión, saco en claro que un éxito desorbitado exige luego que la promesa se mantenga... y que cuando hay dinero de por medio, plazos de entrega, prisas y agobios lo que prometía ser una publicación divertida y de calidad termina convirtiéndose en lo mismo que las demás: Un sacacuartos.

Hasta aquí la última crónica pollabiega. Síganme para más episodios nostálgicos de su sobria adolescencia y su patética niñez.

Abrazzers.

-R-