Me tomo un momento aquí con vosotros en el que dejo por una noche de escribir el Cyka blyat, del que llevo ya 128 páginas, para explicaros a qué dedico el tiempo libre últimamente desde que tengo que cuidar de mis dos hijas y todo eso. El caso es que hablando ayer con mi socio de la editorial le contaba que me he enterado que los Gigatrón tocan en el Estraperlo el mes que viene... pero que no tengo oportunidad de ir porque esa misma noche mi parienta ya había quedado con sus amigas y a mí me tocará quedarme con las chiquillas. Sinceramente, casi que lo prefiero. Después de haberme pegado diez años de conciertos del copón poco o nada me queda ya por ver y la verdad es que los Gigatrón tampoco es que me motiven de la hostia; que seguro que estarán muy bien y tal, pero que ahora a mis 41 pestes nacionales me encuentro mejor quedándome en mi casa a leer que saliendo por ahí a echar la noche consumiendo. Pensad lo que queráis. Total si ya en el pogo no me meto, del escenario no me tiro y meterme ácidos como que tampoco porque me los tendría que enchufar yo solo y me da fatiga. Parece que al final será cierto que he terminado por aburrirme de tanto salir.
Esta semana terminé de leer La Venus de las pieles de Sacher-Masoch, un libro que os puedo recomendar encarecidamente y que apenas me duró un par de noches porque me tuvo muy enganchado. Lo he disfrutado muchísimo, lo mismo que un polvo o un buen concierto, lo cual me ha hecho reflexionar sobre cómo disfruto de las cosas a día de hoy. Un libro bueno como este, que apenas me costó 2'5€ en todocolección, me da la vida cuando las crías se van finalmente a la cama a dormir. A todo esto, del mismo libro he rescatado algunos fragmentos de esos que me gusta incluir en nuestras publicaciones puesto que bien pueden considerarse lecciones de vida. En conclusión, que he llegado al momento de mi vida en que prefiero quedarme en casa leyendo antes que salir por ahí a perder el tiempo. Puede que me haya vuelto un aburrido a ojos de los demás, sí, pero con franqueza os reconozco que me suda la polla vastísimo. Es mi forma de disfrutar.
Lo que me deja por los suelos, y a tenor de lo que reza el título de este artículo, es que si me meto hoy en día en una librería no encuentro absolutamente nada que me guste o me motive :( Hace unos meses estuve en La llama store de Barcelona y terminé comprándome un libro de Bukowski porque me pareció lo menos peor de todas las publicaciones que tenían en la tienda. Ojo que no critico el establecimiento en sí, me refiero a que la oferta literaria que se encuentra actualmente en las librerías me parece insulsa y deplorable. Tendría razón Oswald Spengler cuando pronosticó aquello de que a partir del año 2000 la civilización occidental iría en declive. Tengo un vicio particular que es coleccionar títulos de la colección 'Libro amigo' de la extinta Editorial Bruguera donde he podido descubrir JOYAZAS literarias de un valor incalculable tales como Trópico de capricornio, Johnny cogió su fusil o Yonqui de William Burroughs entre algunos otros títulos más (estos en concreto son mis preferidos). Os recuerdo que estamos hablando de una colección de libros publicada en los años sesenta. El primer libro que me compré de dicha colección fue el de Henry Miller en un mercadillo, y si no recuerdo mal me costó tres euros. Eso sí, me lo vendieron plastificado como una cajetilla de tabaco y diría que pocas veces antes había disfrutado tanto leyendo un libro. Creo que La insoportable levedad del ser lo leí justo después.
Pues eso, que sigo con lo mío y vosotros haced lo que buenamente os salga de los cojones. Yo me quedo en mi keo con mis libros y eso, que estoy más a gusto. Salid vosotros por mí y si veis que tal os tomáis un Balantains con sevenap a mi salud.
PD: Algo se cuece en los yunaited. No deja de llegarnos una ingente cantidad de visitas diarias al blog desde EEUU. A saber...
Abrazzers.
-R-