Hoy por hoy cualquier chaval milenial se reconoce a sí mismo como friki sin ningún problema. Cuando yo era adolescente no estaba ni de lejos tan bien visto reconocerse a uno mismo como tal, ya que de hecho ni siquiera utilizábamos la palabra "friki" puesto que, entonces, no se le daba el uso tan común que se le da ahora.
¿Os habéis preguntado alguna vez cómo se nos llamaba a los aficionados a los subgéneros cuando no existía dicha calificación? A los que jugaban al Dungeons & Dragons, o coleccionaban figuritas de La guerra de las galaxias, a los que se habían visto alguna peli de las de Troma, a los que coleccionaban tebeos americanos o fanzines perrilleros ¿Cómo se nos conocía entonces?
CE: Cuéntame cómo fueron los inicios ¿Qué había en
ese local antes de que lo regentaseis vosotros? ¿Y qué tipo de material fue el
primero que entró en vuestra tienda?
EF: Los tres socios que formamos la tienda veníamos
(dos) de trabajar en las librerías Universal y Newton, propiedad del mismo
dueño. Ferrán Velasco y el tercero, que era un asiduo cliente. Pensamos en montar
una tienda donde se vendiera lo que más nos gustara dedicado al cómic, cine e
ilustración. El local eran dos bajos comerciales conectados, llevados por la
tienda Alien, que no podían hacerse cargo de los dos y se aislaron. Al año
siguiente -empezamos en 1999-, nos quedamos con el suyo para montar la tienda
de cine. Empezamos vendiendo cómic nacional y de importación, VHS, novelas de
ciencia-ficción, libros ilustrados, posters y figuras de resina.
CE: En la época pre-internet cualquier cosa descatalogada, censurada o fuera de los comercios habituales se consideraba un auténtico hallazgo ¿De dónde has ido sacando mayormente el material? Si puede saberse, claro.
EF: Ya teníamos nuestros contactos porque
conocíamos el negocio desde dentro. Utilizamos como importador el catálogo
previews, vía Gigamesh, distribuidoras nacionales y empezamos a comprar
material de fuera a gente como Bud Plant y Last Gasp, también nos dejaban
fanzines nacionales en depósito y pudimos hacernos, en el ocaso del VHS, con
una gran partida, gracias al trabajo de David Pizarro, por entonces, trabajador
de la tienda.
CE: No soy ningún especialista en el rollo, pero por ejemplo me siento muy orgulloso de poseer la colección completa de cómics de Elreydespaña ¿Hay algún tipo de trabajo o publicación exclusiva del que te hayas sentido verdaderamente orgullo por tenerlo en tu tienda?
EF: A título personal, la colección de Planeta
dedicada a los comics de EC. Pude trabajar en ellos y me sorprendió la franja
de edad del comprador: desde adolescentes a veteranos. Hemos tenido bastantes
pelotazos. De los últimos: guiones cinematográficos firmados por Paul Naschy.
CE: El otro día vendí un Skeletor láser lights por
más de ochocientos pavos ¿Has vendido algún tipo de tesoro por el que te hayan
pagado una morterada?
EF: Hace mucho tiempo, nos encargaron un libro de Disney que al cambio de la época fueron 600€, luego, con la tienda de libros de tatuaje, se han vendido libros caros e incluso el mini-libro de Mark Ryden por 500€.
CE: Cuando vi por casualidad "A serbian
film" de estreno en Sitges me horrorizó, pero son esas experiencias las
que hacen que los festivales así valgan la pena porque puedes ver cosas que no
se ven en ningún otro sitio... Vamos que si hubiese ido ese año y no hubiera
visto esa peli sería como ir a Port aventura y no subirme al Shambala. ¿Has
tenido en tu tienda alguna película tan reseñable y desconocida que merezca la
pena destacar?
EF: "A serbian film" tuvo distribución
nacional, así que la tuvimos sin problema. Al principio, nos pedían películas
de todo tipo: desde gore hasta de Marisol. Obviamente, nos especializamos en
terror, ci-fi y cine de autor. Ahora trabajamos por encargo, así que intentamos
localizar films difíciles a buen precio. En su momento, con la tienda de cine
llena de dvd's, los más raros pudieron ser versiones íntegras de films que aquí
se habían censurado, o que venían cargados de extras. El ataud con las pelis de
los templarios-zombies fue uno de nuestros hits. Asia, Hong Kong en particular,
también tuvo su momento estrella y "Shaolin soccer" la que más se
vendió, unas 100 veces.
CE: Hace algunos años mi socio y yo hacíamos ruta por los cash converters para comprar videojuegos clásicos, gemas del pasado que ahora valen una pasta. Supongo que a finales DE LOS 90 sería una época mucho más disfrutable que la actual, de cara a conseguir material innovador o creativo ¿Verdad? ¿Tienes predilección por algún país en concreto de donde creas que tengan más caldo de cultivo en cuanto a material andergraun se refiere?
EF: Por cantidad y gustos personales, Estados
Unidos, pero, además de los portales conocidos de Internet, visitar mercadillos
y conocer a coleccionistas, además de tener la tienda física, me permite
recolectar material, tanto para el negocio como para mi deleite.
CE: Imagino que como todos los comercios os subisteis al carro de las transacciones comerciales en la red. ¿Sigue siendo un buen lugar para hacer negocios, quiero decir, tanto para adquirir material como para venderlo a buen precio?
EF: Poco vendemos por la red, queremos que la
gente venga a la tienda. En nuestro espacio de facebook/instagram/web propia,
publicitamos las cosas que creemos nos dan identidad propia: rarezas tanto en
novedades como en material vintage. Por supuesto, enviamos por correo a quien
nos pida, pero, repito, queremos que la gente vea el producto in situ.
CE: Independientemente de la situación actual de
pandemia ¿Cuándo ha estado más concurrida vuestra tienda? ¿Cuando había poca
oferta o ahora que casi todos los chavales se reconocen a si mismos como
frikis?
EF: En 22 años se han vivido cambios. Tú mismo has
reconocido haber vendido un artículo. Te has saltado el antiguo recorrido: la
gente llevaba cosas a las tiendas, ahora se las vende entre ellos y sin
comisiones, guapi. Eso por un lado y por otro, hay mucho postureo, de gastarse
el dinero en una camiseta de la serie que te chifla, pero no comprarte un
libro/tebeo en la que se basa. Y los gustos han cambiado. Ahora están de moda
los funko-pops (que me parecen horribles) y el manga, que lleva por estos lares
cerca de 30 años. A veces hemos sido unos adelantados: fuimos los primeros en
traer cosas de "los muertos vivientes" y pops -sin venderlos
entonces- y para otras, nos estamos haciendo mayores. El cambio generacional se
llama. Pero seguimos teniendo una clientela fiel y se va renovando poco a poco.
El coleccionista o aficionado al formato físico ni es un rara avis, ni va a
desaparecer.
CE: Mi socio me ha contado varias anécdotas sobre
cómo se comportan los personajes famosos que han puesto un pie en vuestra
tienda ¿Hay alguna que se pueda explicar sin que por ello vayamos a ofender a
nadie?
-Santiago Segura paga con su visa:
"amiguetes entertainment" y sin reír te dice "una empresa muy
seria".
-Guillermo del Toro en su primera visita a la
tienda: "¡¡¡hijos de la gran chingada, qué productos que tienen!!!".
Al año siguiente: "¡¡¡hijos de puta, qué cosas más chulas!!!" Se notó
el año que vivió en Madrid.
-Macarena Gómez pidiendo consejo sobre lo que
es una siniestra para saber como interpretarla.
-Álex de la Iglesia volviendo loco a mi mujer
(que entonces trabajaba con nosotros) dictándole la dirección de envío tan
deprisa y dando vueltas por la tienda al mismo tiempo, que era imposible
seguirle el ritmillo.
-Lloyd Kaufman como revolucionó al personal
-hicimos una especie de presentación- y lo bien que nos lo pasamos, un
torbellino y típico empresario made in USA.
CE: Y por último, ¿Qué tal pinta tiene el futuro
del negocio? Supongo que nunca habría sido demasiado prometedor y que debe
tener más una carga de afición que de verdadera mina de oro... De todas formas
entiendo que será enriquecedor y distendido como pocos otros comercios ¿Alguna
sugerencia sobre qué es lo mejor que nos puede ofrecer Freaks ahora mismo? A
parte del Maricones del espacio, claro.
EF: Te equivocas. Desde el primer día, la tienda
funcionó muy bien, en poco tiempo, llegamos a disponer de 5 locales en la
ciudad y hacer ventas en ferias de tatuaje de toda Europa. Pero llegó Internet
y las normas cambiaron. Ahora trabajo menos y cobro en proporción a los buenos
tiempos. Las librerías nos hemos convertido en los quioscos del siglo XXI
porque se edita mucho, muchísimo y no se puede traer ni mantener todo lo que
sale al mercado. Así que nuestra baza es la misma que hace 22 años: variedad,
exclusividad (productos que sólo vendemos nosotros) y criterio en la selección
de material. Obviamente, nuestra franja de clientes es de 20 a 80 años, han ido
creciendo con nosotros y nos centramos en ellos. Ahora están de moda las
décadas de los 80-90 y es lo que traemos en material vintage (merchandising en
especial). Nos vamos adaptando, pero sin perder la esencia. Ven y mira. Y
compra, claro, que no somos un museo.
EC: Eso es todo, muchas gracias de nuevo por tu tiempo y espero volver a pasar por vuestra tienda, cada vez más singular y exclusiva.
-R-