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viernes, 18 de marzo de 2022

LO QUE HE APRENDIDO DE 'HAZ LO QUE QUIERAS' DE BAD RELIGION - QUEREMOS CONQUISTAR EL MUNDO EDITORIAL

Distinguidos mecenas basura y emprendedores de chichinabo, esta semana me ha llegado el libro Do what you want, la historia de Bad religion, que codicié desde el mismo momento en que lo vi puesto que, como ya os habré explicado en algún post anterior, siempre me había interesado por el testimonio y la experiencia de Brett Gurewitz, quien consiguió convertir su discográfica independiente Epitaph en una de las más rentables e importantes de los años '90. 

Lo que saco en claro después de haber leído la mitad del libro es que no hubo milagro ni casualidad, Brett Gurewitz se convirtió en magnate discográfico por su esfuerzo, empeño y sobre todo porque puso muchísima pasta al comienzo, tanta como para hipotecar su casa y todas sus propiedades con tal de publicar nuevas tiradas de sus discos. Pero dejadme que os lo desgrane un poco mejor, acompañadme en esta revisión de sus logros para poder esclarecer qué es lo que podemos aprovechar de la historia de Epitaph y qué es lo que podríamos aprovechar como editorial independiente para tratar de proyectar su éxito en nosotros:

Todo comienza cuando la primera alineación de Bad religion se juntan para grabar How could hell be any worse?, un disco con una propuesta y un sonido diferente que en los albores de los ochenta tiene un público minoritario debido a que la influencia del punk en la música comienza a estar en declive. Es el mismo Brett Gurewitz quien le pide pasta a su padre para poder costearse las primeras copias del álbum, que él mismo distribuye en tiendas de discos con sus medios. También envía el disco a alguna emisora de radio donde se emite música alternativa y manda copias a un par de fanzines donde se hacen reseñas de música punk, como Maximum rocknroll. Pese a la falta de medios el disco no se vende nada mal, para las expectativas de unos chavales que sacan un álbum con música que no está precisamente de moda. Sin embargo son creadores de un sonido nuevo (mezclan el hardcore de L.A. con letras intelectuales y armonías vocales), crean un nombre y una marca identificables (el crossbuster, como ellos lo llaman) y son una banda emergente que despierta simpatía puesto que su propuesta no compite en popularidad con nadie en su momento. Comienzan desde abajo, siendo teloneros de los demás y actuando en salas cutres y ruinosas. 

Con el segundo disco les viene el primer traspiés, fuera de los primeros cambios en la formación, pues cometen el craso error de publicar Into the Unknow, un disco de rock progresivo que se aleja del sonido de su primer trabajo. Se piensan que cambiando de registro tal vez consigan llegar a un público más amplio (lo que también hicieron Rich kids on LSD) y lo que sucede es lo contrario, que los seguidores de su primer trabajo les recriminan dicho cambio e incluso les devuelven los discos masivamente. Brett se gasta una pasta en publicar 10.000 copias del segundo álbum y acaba quemando la mayoría en el jardín de su casa, a modo de expiación por la monumental cagada. Se pensaban que de ahí ya no podrían remontar y el grupo queda en un hiato... pero entonces, unos años más tarde, se vuelven a juntar para dar algún concierto tocando solo los temas de su primer trabajo. Poco después graban Back to the known pagándose ellos mismos las horas de estudio y deciden volver a intentarlo, tratarán de redimir su error con un nuevo trabajo que esperan les sirva para hacer olvidar a sus seguidores lo que sucedió con el segundo disco. Entonces llega Suffer.

Como decía muy acertadamente Johnny Ramone: 'Yo creía que si en este negocio eras bueno (en la música) todo te iba bien... pero no es así'. En efecto, Bad religion sacó Suffer, un disco que ellos mismos escuchaban sin parar después de haberlo grabado porque les encantaba; un disco que granjeó críticas muy favorables tanto del público general como de los entendidos en la escena... pero aun así hacían conciertos donde apenas tocaban para ocho o diez personas. Hicieron una gira donde a Greg Graffin le quedó una deuda en la tarjeta de crédito (era el único que tenía tarjeta) de 3.000$ de la época y, pese a las buenas críticas recogidas, ni de lejos les reportó el éxito que ellos esperaban. Sin desfallecer, y aún con la espina clavada del segundo disco, en 1989 publican No control con el fin de seguir sumando credibilidad a su propuesta. 

Poco a poco van sumando pequeños éxitos como una modesta pero buena gira en Europa; luego sacan Against the grain que afianza y consolida el sonido Bad religion dentro de la escena; Brett Gurewitz amplía en Epitaph la lista de artistas que buscan publicar discos con el sonido marca de la casa; graban su primer vídeoclip durante la época del Generator, etc. Permitidme que insista en que, pese a que en este punto la sucesión de pequeños logros parece vertiginosa, no consiguen ni mucho menos el éxito que consigue cosechar Nirvana cuando publica Nevermind. Bad religion habían publicado ya 8 discos cuando sucede el cambio de paradigma en el rock and roll a comienzos de los noventa. El mismo Brett lo comenta en el libro: Nadie puede hacer nada para cambiar los gustos del público de un día para otro, ni siquiera las grandes marcas discográficas tenían la fórmula mágica para hacerlo. 

Los grandes beneficiados de la obsolescencia del rock ochentero fueron ellos, de hecho las compañías discográficas se pusieron a buscar más grupos tan rentables como Nirvana dentro de la escena y uno de ellos era Bad religion que, al igual que nos sucede a nosotros, se debatían entre seguir dentro de su propio sello discográfico modesto o dar el salto a una multinacional pese a que les cayese el estigma de que se hubieran vendido. Brett Gurewitz lo ve de una forma distinta, en cuanto a que le da la vuelta a la ecuación: La música mainstream es verdaderamente popular, mientras que lo de permanecer en el rollo underground le resulta elitista. Cuando Offspring publica Smash a Epitaph les llueven los pedidos por millones. Entonces Brett pasa por una época de máximo estrés, discute con el bajista por alguna chorrada y decide dejar el grupo para dedicarse enteramente a Epitaph. Ahí es cuando se produce el punto de inflexión: Bad religion ficha por Atlantic records y se hacen mundialmente conocidos; Epitaph se forra publicando Smash de Offspring, Let's go de Rancid y Punk in drublic de NOFX, entre otros.

Entonces, que conclusión puedo sacar de la experiencia de mr. Brett:

1.- Se gastó la pasta en publicar muchos discos para distribuirlos por todas las tiendas y repartió copias también entre las publicaciones independientes, fanzines, que podrían ofrecerle una crítica positiva que llegase a su público mayoritario (target). Su intención era darle máxima promoción a Bad religion.

- Siendo totalmente honestos con el momento en que vivimos, las librerías no son ni mucho menos puntos de encuentro de novedades como lo eran en la época pre-internet. Hoy en día no merece la pena publicar para tener nuestros libros en las librerías salvo con la excepción de que los pudieran tener expuestos para el día del libro. Solo entonces es cuando existe una demanda real de novedades, por su puesto, más por el mero hecho del regalo que por la calidad de los libros en si. De todas formas sería necesario generar una demanda previa para que el libro se vendiera y, si dicha demanda se pudiera conseguir, ya no haría falta ni pasar por las librerías.

- Ofrecer libros a plataformas o blogs donde se hagan críticas de libros sería como colocar nuestro mensaje en una botella de cristal y depositarlo en un contenedor para el vidrio, pues hoy en día lo que más proliferan son los 'opinólogos', en contra de nuevas propuestas interesantes. Hay demasiada oferta de entretenimiento que no conduce a nada. Todo el mundo tiene derecho a criticar el trabajo de los demás pero muy pocos se esmeran en crear verdadero contenido. Hoy en día se crea contenido opinando sobre el trabajo que hacen, o mejor dicho hicieron, otras personas en el pasado, como las reviews de películas, videojuegos, etc. En realidad, y pensándolo fríamente, eso es bueno... pues si cayéramos en la gracia de merecer que nuestro trabajo fuese criticado por los opinólogos, tanto para bien como para mal, sería entonces cuando nos granjearíamos una buena repercusión mediática dentro de las redes.

2.- En vista de la trayectoria de ascenso que tuvo Bad religion en el negocio de la música ¿Qué estamos haciendo bien y qué podríamos hacer nosotros para seguir la estela de éxitos que cosecharon ellos?

- Puestos en comparación, estamos en el camino correcto: No solo hemos creado un tipo de literatura distinta a todo lo que hay actualmente sino que además hemos creado una colección que nos gusta y un espacio editorial que podría ser aprovechado para impulsar a escritores con inquietudes similares a la nuestra (véase el bueno de Elvemon). Tenemos ya varios trabajos publicados y cosechamos buenas críticas por parte de un sector de lectores que están ávidos de historias sórdidas y demigrantes. Por otra parte, hemos ido publicando tiradas de libros que han ido calando en un público minoritario pero claramente agradecido. Podría decirse que nos encontramos en la fase de los 'pequeños logros', así que lo más que nos quedaría por hacer sería mantenernos en la misma línea y esperar a que suceda el cambio de paradigma, bien sea impulsado por el acierto de alguno de nuestros títulos o bien sea por el acierto de algún escritor que le de la vuelta a los gustos del respetable. 

Ah, un dato curioso: Casualmente compartimos la misma distribuidora que lleva el libro de Bad religion a las tiendas, jajaja. Alfaomega son los mismos que nos distribuyen Maricones Manía, ni que sea simplemente listándolo en el stock de las librerías ya que físicamente no se puede adquirir a no ser que lo hagan bajo demanda. Lo que os decía: no he adquirido el libro de Bad religion en una tienda, sino comprándolo por internet en el portal de Casa del libro; por cierto, y para que os hagáis una idea de lo mal que está el sector, el sobre de cartón en el que me mandaron el libro rezaba: "Gracias por leer", jajajaja. Hasta las grandes editoriales tienen que andar mendigando lectores.

Total, que seguiremos en la brecha y continuaremos invirtiendo en nuestra iniciativa, lo mismo que hizo Brett Gurewitz :) Tenemos una misión que cumplir.

Abrazzers.

-R-