Esta última semana, en lo que a la trayectoria de Condiloma Ediciones se refiere, merece un momento para reflexionar sobre todo lo que está aconteciendo a nuestro alrededor y también sobre el enfoque que pretendemos otorgarle a nuestra propuesta. Para empezar, la incursión de Condiloma en Twitter ha conseguido captar la atención de muchísima gente. Lo cierto es que en tan sólo veinte días ¡TU VIDA DA UN ASCO QUE TE CAGAS! ha sido descargado por varios cientos de lectores, y lo cierto es que aún me flipa el que pueda haber tanta gente en el mundo hispanoparlante que ahora mismo estará leyendo las gilipolleces que tratamos de compartir públicamente con todos vosotros. Para aquellos que hayan entrado a leer este post después de haber leído cualquiera de nuestras novelas, nuestros más sentidos agradecimientos. Espero que os hayan gustado, o de lo contrario tenéis nuestra dirección de correo electrónico correos@condiloma.es para expresar abiertamente vuestra opinión al respecto. Yo por lo menos, prefiero los insultos y los abucheos antes que los halagos. No lo digo por decir ni por hacerme el guay, la verdad es que adoro discutir. De hecho, el componente principal de toda la colección ¡MARICONES DEL ESPACIO! es siempre esa rabia, ese odio, esa inquina y esa furia rencorosa derramada sobre el contenido de nuestras novelas.

Total, que la semana pasada comenzamos a entablar contacto con el círculo intelectual elegante de España a través de Twitter. Una experiencia magnífica, sí, pero que puede perjudicarnos a la larga como lo hubiese hecho el canto de las sirenas sobre los marineros del barco de Ulises. Como fue idea de mi socio llevar todo el tinglado de la promoción por Twitter, he decidido no involucrarme más y dejarle plena libertad para que haga de mercachifle a su antojo. Ya le expresé mi opinión, incluso le dije que manteníamos posturas completamente opuestas. Él es más simpático y vendepeines, mientras que yo soy un puto rancio de las pelotas. Lo que le decía: si fuésemos los hermanos Dalton seríamos como el alto y el pequeño, sin los dos del medio.
Twitter es una herramienta de alimento para el ego, lo mismo que Facebook, y a estas alturas considero que a mí me iba a perjudicar de cara a las próximas publicaciones... así que, como os decía, abandono el campo donde trabaja mi colega para dejárselo todo para él. Estoy seguro de que, aunque a veces sienta un poco de vergüenza ajena por cómo se expresa o por lo cutre de algunos de sus montajes (lo de Spielberg fue imperdonable, jajjajaa) tengo que aprender a conceder sitio para los demás, pues Condiloma Ediciones no soy yo solo. Puede que él no haga las cosas como a mí me gustaría, pese a que es muy profesional, pero hay que tener en cuenta que esa diferencia es precisamente la que nos complementa. Como cuando Antena 3 se fusionó con la Sexta o como cuando Telecinco compró a Cuatro. Hay que diversificar, está claro. Hay que tener para todos.

En definitivas cuentas, que si tenéis la posibilidad de hacerlo, vendeos. Pero no permitáis que os cambie la vida o de lo contrario terminaréis como ElRubius, llorando delante de un mamarracho inmundo como Tristo Mejide. Ese sí que es un cuatrero y un sinvergüenza, menudo Malcom McLaren de pacotilla que está hecho.
-R-