Ahora que tengo un momento porque mis niñas están sobando aprovecho para contaros aquello que os comentaba acerca de las editoriales independientes, las comidas de rabo y todo esa mierda. No es nada nuevo, simplemente quería insistir en lo que ya he dicho otras veces: Que nadie os va a regalar nada y que si queréis conseguir algo os tenéis que buscar la vida haciéndolo por vuestra cuenta.
Uno podría pensar que, como contrapunto al mercado editorial que vende sus libros en la FNAC, Corte Inglés, Casa del Libro y etcéteras debería existir también un submundo llamémosle andergráund donde quienes se rebelan contra el orden establecido por las principales marcas comerciales habrían decidido crear una alternativa rompedora pensando, digo yo, en nosotros los lectores; a los que no nos gusta la bazofia que publican la editoriales consolidadas, vamos.
Bien pues, lo que he sacado en claro a través de Facebook y Twitter es que la peña que está metida en el rollo andergráund, en vez de romper con las normas del mercado, lo único que están haciendo es reproducir un engendro comercial similar al de las grandes marcas pero a pequeña escala y de una calidad lógicamente inferior.
Llevo desde el viernes leyendo el último libro que escribió mi colega Alexis Brito. El trabajo en cuestión se llama TUMBA DE GRAVEDAD y detrás de un nombre que puede ser poco evocador para la mayoría de nosotros se encuentra una novela bastante atractiva por su temática: Borracheras, drogas de diseño, polvos en el asiento de atrás, anécdotas musicales y reflexiones del escritor interpretadas a través de unos personajes que viven las juergas nocturnas del Manchester de los noventa.
Celebro su trabajo, de verdad; leo mucho y puedo decir que llevaba tiempo sin leer un libro medianamente interesante. A todo esto, me ha dado por echarle un vistazo al tipo de editorial que ha publicado su trabajo; una independiente que publica mediante crowdfunding. Nada, lo dicho: está claro que todos tiramos de lo mismo y tenemos que buscarnos la vida.
El bueno de Alexis lleva ya unos cuantos años escribiendo, así como también lleva unos cuantos libros ya a sus espaldas. Le conozco virtualmente desde 2007 y, la verdad, con la dedicación y empeño que le pone a lo de escribir me jode ver que aún sigue en las mismas que nosotros. Existe una barrera infranqueable, para cualquiera que pretenda conquistar el olimpo de los escritores remunerados, por cuyo filtro tan sólo pasan unos pocos elegidos de los tantos cientos de miles que somos los que quisiéramos hacer de nuestro hobby un verdadero oficio. Obviamente esos puestos de privilegio son concedidos, por mediación de una editorial, a un determinado de tipo personas comúnmente cercanas al propio círculo de influencia que entrarán a formar parte de una sociedad altiva y snob donde hay que acatar unas normas, censurarse, portarse bien, comerse rabos y tratarse con falsa amabilidad tan sólo por satisfacer los intereses de la marca comercial que les permitirá poder seguir viviendo del cuento.
No os creáis que las editoriales andergráund son una excepción, pues hacen exactamente lo mismo. Así que, bajo mi criterio, no molan una puñetera mierda. No sé qué idea tendréis vosotros, pero cobrar 16 pavos por un libro de 200 páginas me parece un auténtico atraco a mano armada cuando a mí me salen a 2 euros cada ejemplar... y eso que sólo imprimimos tiradas de 100 unidades, que si hiciéramos tiradas de 10.000 copias como las editoriales de verdad apenas nos saldría por 10 o 15 céntimos cada libro. Que no, que así no vamos bien. Esos precios hacen que los libros sean prohibitivos y autores como Alexis Brito no puedan conseguir la difusión/repercusión que se merecen.
Algo habrá que hacer. De momento nosotros estamos por sacar nuestra tercera publicación consecutiva y seguiremos vendiendo los libros según las leyes de los narcos literarios. Y bueno, que sí, que a esto es a lo que me dedico ahora los sábados a la una y media de la mañana. Quién me ha visto...
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