Esta semana ¡Maricones del espacio! ha comenzado a aparecer,
sin que nosotros tuviésemos que meter mano en ello, en webs de descargas (digamos)
ilegales como Argentinawarez, Zonambulos, Xvagos y Bajui. Ahora que la novela comienza
a formar parte en la vida de algunos internautas hispanoparlantes comienzan también a
llegarnos las primeras críticas, de las que estamos muy satisfechos pues son
siempre positivas, vengan o no de gente cercana a nuestro círculo. Como no
podía ser de otra manera, resulta muy alentador.
Vivimos en una sociedad, la occidental, rendida al completo
influjo de la imagen. El otro día lo comentaba con mi socio, que es quien se
encarga de elaborar las portadas de la colección. ¡Maricones del espacio! ya estaba
escrito a finales de 2011. Durante algo más de un año y medio, que fue lo que duró
el proceso creativo per se, no dejé de escribir sin detenerme ni a leer qué era
lo que estaba saliendo de todo aquello. Mogollón de páginas; mucha morralla;
momentos de estimulante delirio enardecedor; momentos de completa frustración y
abatimiento; días de merendarse el mundo; días de mandarlo todo a la mierda. La
premisa durante el tiempo que estuve escribiendo fue: “tú escribe todo lo que
puedas, cuando hayas terminado ya te lo montarás para licuar algo que sea
suficientemente bueno”.
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Ha sido, y está siendo, un trabajo que me lleva mucho
tiempo. Cosa que no puede decirse del trabajo que consiste en hacer la portada.
Yo me he pegado cuatro años escribiendo, tratando de conseguir algo brillante…
y luego en tres días contados mi colega hace la portada y demuestra estar al
mismo nivel de implicación, pues bien es cierto que una imagen vale más que mil
palabras. Pero, quien se descarga un libro no se está descargando sólo una
imagen ¿verdad? Detrás de toda portada debe haber un contenido a concordancia…
y en la mayoría de los casos no suele ser así. Yo mismo estoy hasta los huevos
de comprarme libros que por la portada parece que vayan a ser cruciales y luego
no son más que una completa decepción. ¡Y encima pagando!
Total, que todo este rollo pretende sacar a relucir que este
fin de semana he podido terminar ya ¡Maricones del espacio! Volumen 1, titulado
en esta ocasión ¡Chaparrón de pollas! y que ahora mismo me tiene en ascuas.
Siempre me pasa igual. Mientras lo estoy corrigiendo tengo momentos de todo. A ratos
me parece lo mejor que he leído nunca; a ratos me parece una completa mierda y
un bodriazo infumable, jajajajaja. Bueno, precisamente durante el proceso de
corrección trato de subsanar esos “ratos de bodriazo”. Como os decía, me tiene
intrigado, pues no será hasta que lo imprima en su formato final cuando, por
fin, pueda leerlo para dictar mi veredicto al respecto. Lo dicho, siempre me
pasa igual. La mejor manera de saber si tu libro es suficientemente bueno es
leerlo. Sé que dicho así suena la mar de cutre pero es completamente cierto. Yo
lo hago: Lo imprimo tal y como lo imprimiría alguien que no lo hubiese tenido
nunca en sus manos y luego lo leo en la cama el rato que tengo antes de echarme
a dormir. Es la prueba definitiva. Si la supera, ni que sea en un tanto por ciento
puesto que por lo general pocas veces estoy 100% entusiasmado con el resultado,
lo subo a la web y lo devuelvo a su verdadero dueño, que son los lectores.
Por cierto, un apunte musical, los discos que más me han
ayudado durante el proceso creativo son Strange days de los Doors y Volume 4 de
los Black Sabbath. No es que sean mis discos preferidos, pese a que ambos me
gustan mucho, pero quería revelar que para mí son los discos que más me ayudan
a la hora de escribir, pues los puedo tener de fondo sin que me molesten… y
juraría que sí es cierto que me ayudan a adquirir ese state of flow que hace
que saque lo mejor de mí mismo (Y no hablo de pajearme, jajajaja).
-R-