Hay que ver... todo el faenón que nos hemos pegado con ¡CHAPARRÓN DE POLLAS! por tal de cumplir con el plazo que nos marcamos. Ahora ya está todo: el libro, la web, los flyers de promoción, el registro de la marca -de nuevo- en espera... y bueno, hasta enero del año próximo no saldrá el siguiente número. Por mí lo sacaba el mes que viene, jajajaja, lo malo es que luego se me amontonaría la faena tratando de sacar los siguientes a toda prisa. Nada, seguiremos según el plan. Imagino que verano resulta una buena época para leer, por lo que es probable que tengamos más lectores ahora que viene agosto y la peña está más ociosa.
Bueno, a lo que iba, tal como os adelantaba en alguno de los posts anteriores me dispongo a comentar un poco lo que ha sido el proceso creativo de la portada del ¡CHAPARRÓN DE POLLAS!
Así quedó la primera prueba de la portada. Los colores amarillo/verde estaban inspirados en la portada del disco ASS COBRA de los TURBONEGRO, disco que hemos venerado durante años hasta que descubrimos que su estilo no es más que una copia descarada de los sensacionales elepés de POISON IDEA. Lo de poner el título del libro en formato DYMO y colocarlo en plan inclinado bajo el DEL ESPACIO fue todo un acierto por parte de mi socio, que es un mago del photoshop.
Pues bien, se suponía que los protagonistas de la portada (personalidad oculta tras rectángulo oscuro) irían en blanco y negro, el fondo sería verde y las letras amarillas por tal de que el diseño en su conjunto evocase, como os decía, al ASS COBRA. Sin embargo el resultado no fue de mi agrado, a la vista está que era bastante cutre pese al sensacional montaje fotográfico y que los colores no eran demasiado llamativos como para considerar esta portada una verdadera portada del ¡MARICONES DEL ESPACIO! Puta mierda, vamos. Sabíamos que la fórmula era buena y que íbamos en buen camino, pero que la cosa estaba muy verde todavía.
Total, que lo primero que hicimos fue enseñarle la portada a Cristina. En cuanto nos dijo entusiasmada que le gustaba supimos que algo habíamos hecho mal. Los colores la hacen demasiado accesible, demasiado amable incluso, (acabo de fijarme que en el círculo de abajo pone 5€... nada, cosas de mi socio capitalista) así que habría que tomar la determinación de modificarla por tal de que acabase siendo vistosa, llamativa y bastante más agresiva de lo que era. Esto fue lo que nos salió la segunda vez que nos reunimos para definirla.
Decididamente molaba más que la anterior, de eso no cabe duda. En esta ocasión recuperamos el color rojo estridente para las letras del título. Convertimos a los figurantes en sketch artístico monocromo, pues yo pretendía conseguir ese aspecto de collage que suele aparecer en los magníficos libretos de los DEAD KENNEDYS. La cosa pintaba bien, los colores eran llamativos, los figurantes adquirían un tono más sórdido (si cabe) y añadimos al gorila (que siempre queda bien) al colega jevi y al Yeyo, que también viste mucho. Nada, que aquella misma tarde decidimos que la portada ya estaba terminada y que había quedado de puta madre. Me fui para casa con regomello. Mi socio imprimió la portada en tamaño foto; la estuve mirando toda la tarde y parte de la mañana siguiente. Seguía sin molarme, pese a que cumplía con los requisitos que le pedía para que fuese una portada cojonuda. Yo la miraba y me daba cuenta de que aún no veía lo que verdaderamente pretendía reflejar. Me agobié bastante, lo reconozco. Comencé a pensar que el segundo número del ¡MARICONES DEL ESPACIO! no iba a estar a la altura de las expectativas... No sé a vosotros, pero yo ponía ambas portadas juntas, una al lado de la otra, y no acababa de verlo claro. Cierto es que tras un buen diseño de portada hay también un trabajo detrás... pero está claro que es sumamente importante que la portada vaya acorde al contenido, con lo cual era harto evidente que esta tenía que cambiar.
Fue el domingo cuando me dio por tratar de averiguar qué era aquello que le faltaba, dónde se encontraba la chispa que la portada no tenía. Pues bien, lo que hice fue releerme el libro una vez más, así en plan rápido, y la primera conclusión que saqué al respecto fue la siguiente: ¡CHAPARRÓN DE POLLAS! no es un libro de humor como podía serlo ¡MARICONES DEL ESPACIO! Es divertido a ratos, eso sí, pero me quedó claro que yo no lo consideraría un libro de humor. Tal vez podría considerarse un thriller policíaco, novela negra, ficción, no sé... algo inclasificable dentro de las posibilidades que abarcan los géneros de la narrativa. Lo que descubrí fue que ¡CHAPARRÓN DE POLLAS! es un libro donde ocurren muchas cosas a un ritmo trepidante, donde se tocan temáticas diversas, que es mucho más ofensivo que el anterior y sobretodo que tiene una trama y estructura definida.
Así fue como llegué al EARTH A.D. de los MISFITS. Casualmente, los personajes de la portada comparten el mismo estilo artístico que los de ¡CHAPARRÓN DE POLLAS! y no iba a ser esa la única coincidencia: Escuché el disco de nuevo, porque hacía años que no lo escuchaba, y encontré que ahí estaba la clave. EARTH A.D. fue el segundo LP que los MISFITS sacaron al mercado (aunque luego, por cronología, sería el tercero). Este LP se diferenciaba radicalmente del primero, pues su estilo era mucho más crudo y abandonaba la armonía vocal que caracterizaba al WALK AMONG US. Para muchos fans fue una decepción, pues aunque tenía canciones muy buenas en general era un disco que se hacía escaso, un tanto avasallador y desde luego abandonaba el estilo que consiguió cautivar a los fieles del primer LP. De todas formas, EARTH A.D. es un disco muy agradecido pues gana con la escucha; mientras que WALK AMONG US lo acabas aborreciendo y al final te resulta hasta pasteloso, EARTH A.D. es siempre muy agradable de volver a rescatar y con el paso de los años uno puede constatar que suena igual de fresco que debía sonar a finales del siglo XX. Lo mismo que pensé del ¡CHAPARRÓN DE POLLAS! después de releerlo.
Lo vi claro, como os decía, el lila es el color de los maricones; el verde el de los extraterrestres; combinados entre sí crean una mezcla llamativa, agresiva e incluso desagradable a la vista. Era lo que le faltaba a la portada... justo lo que andaba buscando.
El sábado siguiente nos volvimos a reunir para modificar el diseño. Los colores quedaron de putísima madre a la primera. Jugamos un poco con las sombras por tal de enmascarar lo más posible a los figurantes y... ¡voilá! de nuevo una portada cojonuda para una serie de libros cojonuda.
¡Larga vida al Maricones!
-R-