viernes, 1 de octubre de 2021

LOS DESASTRES DE LA FAMA - DE "CÓMO MOLA" A DAR TODO EL ASCO

Doy por sentado que todos vosotros, los que usáis un esmartfon habitualmente, os habréis encontrado esta semana lo mismo que yo: Un aluvión de noticias de Google relacionadas con el treinta aniversario del lanzamiento de Nevermind de Nirvana. Y es que muchos revisionistas de mierda no lo recordarán pero fue así: de la noche a la mañana Nirvana estaba todo el día acaparando los medios y claro, el hecho de que estuviesen hasta en la sopa hacía que los acabases aborreciendo/detestando 
por muy bueno que fuera o por mucho que te molase el disco de marras. 

El otro día comentaba con Julián lo de la campaña promocional sin precedentes con la que nos ahogaron en el '92; ibas a las tiendas de discos y por todas partes te salía el niño nadador con la picha al aire: Te lo encontrabas en posters; en expositores; en portadas de las revistas musicales de la época; en la radio; en la tele... daba pereza hasta comer sopa de letras no fuera a ser que se te juntasen la "N" con la "I" y luego con la "R" para que tú ya dijeras: "Vamos hombre, no me jodas".

Por supuesto que no escribo esta entrada para desmerecer ni un ápice de tan fantástico grupo ni tampoco para escribir más elogios de los que se han vertido ya en todas las plataformas habidas y por haber. Lo que me interesa, en este caso, es el detalle de lo rápido que se llegó a consumir una buena propuesta por el mal uso que se hizo de la propaganda. Bueno, puntualizo: Mal uso no se hizo cuando los mercachifles pudieron sacar tantísimo rédito en tan poco tiempo de un fenómeno fugaz pero que aún a día de hoy sigue generando y moviendo una pasta gansa en todo el mundo. Sin embargo, todo lo bueno que había detrás de Nirvana, se esfumó tres años después del lanzamiento de Nevermind con la muerte de su principal artífice... y es que hay mucho intensito que dirá: "Pero si se convirtió en una estrella", "Vivió su sueño", "Todavía vive en nuestros corazones" '(-_- Un tío inflado de fama reventó con veintisiete años y se pegó un tiro en la boca al no poder soportar más el peso de su repercusión mediática. A mí que me perdonen, pero por mucha super-estrella que puedas llegar a ser y por mucho cariño y sensaciones que despiertes en los corazones de los demás no me merece la puta pena morir con veintisiete pestes... Vamos, por mucho que digan "Ese tío con 27 años vivió mucho más de lo que vas a vivir tú en tu vida". Es mentira, creedme.

Todo esto viene porque hace un par de semanas me venía Carmelo diciendo que se había leído toda nuestra colección en el baño mientras cagaba; que le molaba cacho nuestro estilo porque le daba tiempo a llevar el tronco al aserradero mientras se leía dos o tres capítulos del tirón... Y luego ayer me asaltó uno de esos influencers diciendo que el Maricones del espacio le molaba un huevo, que lo iba a promocionar en sus redes y que blá blá blá.

La verdad, y a tenor de lo que os contaba sobre los desastres de la fama, a día de hoy me suda la polla vastísimo lo de promocionarnos como hacíamos cuando comenzamos con nuestras andanzas editoriales. Me gusta que la gente llegue a conocer Condiloma ediciones como quien anda buscando un tesoro y se lo encuentra por casualidad. Ya lo decía Milan Kundera que para que un amor sea inolvidable las casualidades deben volar hacia el, jajaja.

Benditos aquellos quienes nos siguen haciendo soñar ¿verdad? 

-R-

No hay comentarios:

Publicar un comentario