Quería haberlo llamado "Maricones por España" pero, qué coño, ¡si es que es verdad! ¡España está llena de maricones! Tal como vamos recorriendo la vasta geografía española, tal como vamos colocando la semilla del odio en sus lugares más concurridos. Quería advertiros además, porque el que avisa no es traidor, de que ésta nueva publicación en el blog es -con franqueza- una puta mierda. No tiene ni puta gracia y es aburrida de cojones. Así pues, no hace falta que leáis lo que pone abajo, ya que simplemente pretendía acompañar las fotos con sus respectivos comentarios:
- La primera imagen muestra el parque del retiro. Y eso es todo, porque resulta más que obvio que eso de ahí es una mierda de papelera.
- La segunda foto es la de una letrina cualquiera; eso fue en Castellón, donde puede apreciarse perfectamente que en aquel preciso instante estaba meando. Sí, sí... mirad el chorro, ¡jajajaja! Quién sabe si en el próximo servicio al que entréis podéis encontraros con una pegatina del ¡MARICONES DEL ESPACIO! ¿Eh? Señal inequívoca de que nosotros también estuvimos meando allí.
- Y hablando de mear, la tercera foto está tomada junto a la Expo de Zaragoza. Sólo puedo decir al respecto que la mascota que escogieron para la Expo era aún más mierda que la de Barcelona 92... y que allí pega un pestazo a humedad putrefacta que no se puede aguantar. Abstenerse los que sean de Murcia.
- La cuarta instantánea, en pleno parque de Benicassim, donde los hippies tratan de echarse la siesta plácidamente al amparo de un magnífico emblema que evoca la erudición por sí mismo. ¿Creéis que los hippies son felices? Nah, qué va. Sus vidas son una completa mierda. Viven huyendo de la realidad, inmersos en sus festivales insulsos y en el estúpido culto a las drogas blandas, cuando en realidad son unos tristes del copón y unos amargados que tan sólo están esperando morir lo antes posible... sin sufrir, a poder ser. Adoro a los hippies.
- En la quinta imagen puede apreciarse el magnífico centro de Zaragoza. Justo después de colocar la pegatina salí a comprar adoquines del Pilar... pero de los pequeños, eh, que los grandes son una puta mierda y cuando te los comes te cortas el paladar que da gusto... que parece que estés tratando de partir cristales como el que muerde una barra de turrón del duro.
- Y ya para terminar, la última escena está tomada en plena plaza de Callao, obviamente, en Madrid. Tal vez llegue a verla Esperanza Aguirre, si es que aparca por ahí cerca y se para a mirar las señales de tráfico.
Y nada, eso es todo por ahora. Espero que mi advertencia del comienzo no haya caído en saco roto y no os hayáis llevado una decepción al comprobar que lo que he escrito no tiene ni puta gracia. Advertiros también que nuestro próximo destino será en breve, y que esta vez la ciudad que tendrá el privilegio de acoger nuestras pegatinas será Bilbao.
Iba a decir ¡Gora Maricones! pero qué va, paso. Hoy estoy que me caigo de sueño.
-R-