Bien hallados todos los que entráis a este post habiendo accedido a través de tuiter. Como bien saben nuestros seguidores más acérrimos, los que nos queden, cada año cuando nos disponemos a sacar un nuevo título solemos plantear a la par un plan de promoción para darnos a conocer y todo eso. Pues bien este año, y a diferencia de todos los anteriores, sudamos vastísimo del plan de promoción; ya no nos hace falta, molamos tanto que poco o nada nos importa promocionarnos en redes.
Si tenéis ganas de cooperar con nuestro nuevo libro para alcanzar la inmortalidad junto a nosotros podéis contarnos una anécdota sexual demigrante, propia o ajena; real o inventada; anónima o a título personal y nosotros la incluiremos en CYKA BLYAT, el libro más controvertido de todos cuanto hayamos publicado en Condiloma ediciones y ya es decir.
La premisa es igualmente sencilla. Aceptamos redacciones desde una sola frase hasta una o varias páginas. No hay límite, ni normas, ni obligación alguna. Es todo por los loles. Para premiar a quienes tengan la desfachatez de hacernos llegar su anécdota de mierda, además de compartir espacio en nuestro nuevo libro, recibirán por todo el patillón un ejemplar gratuito en su casa. Sí, sí... Bueno, y a todo esto a @Shin ya se lo había prometido, con lo cual no tiene ni que esforzarse (poco se esforzó la última vez y se lo publicamos igual, la verdad sea dicha)
Pues eso hermanísimos,muchas gracias por haberme acompañado un año entero en tuiter; gracias por vuestro calor, por vuestras apreciaciones, comentarios y chascarrillos chorras. Tenéis un espacio en nuestro corazón y en nuestros libros.
-R-
Aunque no tenga obligación de relatar, me veo moralmente en la necesidad de hacerlo, en cuanto tenga un rato, iré con la mayor mierda que se me ocurra
ResponderEliminarPor cierto soy yo
EliminarJajaja, pero hombre si pueden ser dos frases. Es por las risas e ya
EliminarComo creo que ya he contado varias veces de joven serví a la patria. No por ardor guerrero ni por especial amor al país que me vío nacer, sino por estar hasta los cojones de que explotarán por 4 duros. En aquella época ZP rebajó el nivel intelectual para acceder al ejército hasta rozar la subnormalidad, era mi oportunidad y no la desaproveché.
ResponderEliminarSiendo ya militroncho, para más señas de la gloriosa infantería, en una ocasión me tiré 5 semanas de maniobras en San Gregorio, un infernal desierto que se encuentra en Zaragoza.
5 semanas aguantando el Cierzo, con un frío de cojones, sin casi dormir ni comer y sin poderme lavar la pellejada ni el culo en condiciones, además de tener que aguantar a los politoxicómanos y expresidiarios que en los primeros 2000 erán la tónica habitual en el ejército.
Al terminar las putas maniobras en vez de viajar en autobus como la mayoría de mis deficiente compañeros me tocó volver en tren con los vehículos, los camiones, los carros de combate y el resto de cacharros que nos habían dado los americanos de la guerra de Vietnam, .
El viaje en tren era temido por todos, era lo peor después de más de un mes de hacer el mongolo jugando a la guerra. Un viaje que se prolongaría por 2 días en una puta lata de sardinas de los años 40 en lugar de la 6 o 7 horas del autobus.
El tren pararía por varios sitios para repostar, y cargar o descargar material y es aquí donde empieza mi historia.
Al día siguiente de embarcar en el tren paramos en un pueblo perdido de Ciudad Real, un lugar perdido de la mano de Dios y que parecía no haber tenido contacto con el hombre blanco durante decadas.
Nos bajamos del tren y nos dieron unas horas libres. Un compañero y yo vimos que delante de una de las casas de la única calle del pueblo había varías mesas y sillas de plástico y nos acercamos esperando que fuese un bar. Ibamos de uniforme, un uniforme que tras días de trasiego guerrillero y despues de más de un mes de estar tirados en el campo en el mejor de los casos olía a perro mojado y en el peor a heces y semen seco.
Yo me alegraba de haber sido precavido con las mudas y poder llevar un par de calcetines y unos calzoncillos y una camiseta limpias.
Llegamos al bar que curiosamente era también ferretería y entramos en el destartalado local. Nos colocamos en una esquina para no molestar a los parroquianos y pedimos unas cervezas al camarero.
Bebimos en silencio y pasando un rato no pudimos quitarnos la sensación de sentirnos observados. Se lo dije a mi compañero, el ya se había dado cuenta y me señaló una mesa que estaba fuera y donde estaban sentadas dos mujeres que se reían mientras nos señalaban . Una era muy delgada, con los ojos hundidos, de tez cetrina, tendría como unos veintipocos años pero aparentaba unos 60, con el pelo ralo y a la que por la forma en la que su boca parecían faltarle todos o casi todos los dientes. La otra era todo lo contrario, también en la veintena, pesaría como uno 160 kilos y parecía un Snorlax, el pokemon ese dormilón, iba vestida con una especie de camisón sin mangas y tenía una buena mata de pelo que le asomaba por el sobaco, era una buena pelambrera aunque no hacía justicia al vigoroso bigotón que tenía la jodida...
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Mañana si me acuerdo sigo, que es muy tarde.
Mae nia ermano megor me lo pones por pribao no o k? Jaja
EliminarMe e benio arriva. i todo para contar que la gorda y io partimos el somier de la cama. Kasi me aplasta la ija puta. jajaja
ResponderEliminarJajaja
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