Bienamados frikarros de los cojones, casapapis cascapajas y demás blandengues de oficina extrarradial, aún estoy por ponerme a modelar nuestro próximo trabajo aunque creo estar seguro de haber encontrado por fin la fórmula alquímica para crear un verdadero libro digno de la codicia de cualquiera que se digne a leer a día de hoy.
Seguidme a través de los pasos y los ingredientes que he conseguido desvelar a través de nuestro periplo por las publicaciones de baja estofa:
1.- Humor, capítulos cortos, desarrollo ágil.
Siempre me quejo de Maricones del espacio y lo pongo a caldo, como si fuese nuestro peor trabajo. La verdad es que es una trama muy sencilla y muy tonta, pero precisamente en la sencillez radica su mayor acierto. Son 120 páginas con muy buen ritmo que se leen muy fácilmente. Es la primera lección que sacamos de nuestras publicaciones.
2.- Relatos potentes, ficción hilarante.
Chaparrón de pollas resulta plomizo; había mucho que contar y a veces resulta incluso abusivo... pero contiene algunos destellos de genialidad en determinados momentos. De nuevo, momentos desconcertantes entre medio de una trama que se toma demasiado en serio a sí misma. Quedémonos con las historias que mean fuera de tiesto, pues es lo mejor del libro.
3.- Contenido extremo sin venir a cuento.
Si algo cabe destacar de Nos importa tres cojones son los momentos muy soeces en los que te sumerge. El libro en sí no es gran cosa pero se le puede reconocer el mérito de atreverse con algunos temas que cualquier otra publicación evitaría. Vendría a ser como la montaña rusa más bestia de un parque de atracciones, es decir, una oferta inevitable para los más atrevidos.
4.- Baños de realidad, situaciones cercanas.
Puede que Tu vida da un asco que te cagas sea uno de nuestros libros más flojos, pero lo mejor que se le puede sacar al mismo es la empatía con el lector puesto que incluye muchos guiños hacia situaciones cotidianas que a la gente le suceden pero pocas veces se atreverían a hablar de ellas, véase la blanquerna que pilla Polla Pesebre al fumarse un porro en ayunas o la cornamenta del rey Harturo según la revisión del mito popular, jaja.
5.- Un elenco de personajes bien escogido y además fantasía.
Putas, yonquis e inmigrantes tiene la portada más sosa de todas cuantas hayamos publicado hasta la fecha, lo cual da a entender que el contenido será igualmente soso... pero lo que encontramos en este título es la presentación oficial del penoso grupúsculo de personajes risibles que nos acompañarán en el resto de la historia y además el episodio que le da todo el sentido a Condiloma ediciones. Hablo de "Lesbiana de las tetas verdes" donde en la adaptación del cuento clásico 'Ricitos de oro' una niñata pastillera y detestable acaba siendo violada (de forma consentida) por una familia de osos pardos. Tal como ya sucedió con la "literatura erótica con dinosaurios" que se puso de moda a comienzos de los dosmiles, el componente de la fantasía estúpida e hilarante es un maravilloso recurso que resulta muy atrayente para cualquier lector ávido de demigrancia.
6.- Una trama de principio a fin durante todo el libro.
Cuando escribimos Sieg heil! ya nos dimos cuenta: el hecho de abarcar una única temática que fuese de comienzo a fin durante toda la historia le otorga mayor credibilidad a la lectura puesto que concibes lo que estás leyendo como un libro único, es decir, que tiene principio y final. Desde que comenzamos con la colección acostumbrábamos a dejar la trama abierta de un tomo a otro, para crear en el lector una curiosidad que le obligase a querer continuar con el siguiente número de la historia... pero lo cierto es que si la trama en un mismo libro no tiene comienzo y final, si está inconclusa o no sabes a dónde te va a llevar, puede generar el efecto contrario al deseado y el lector puede perder interés porque te quedas que no sabes para qué has estado leyendo hasta la última página. Se necesita un final.
7.- El final tiene que ser, no solo bueno, apoteósico.
Y es que en Oi! El libro más facha del mundo lo aprendimos por las malas. Aunando los aciertos antes mencionados da la mala casualidad de que el libro adolece precisamente de eso, de un final atropellado que no le hace verdadera justicia a la historia. Los personajes eran buenos, las situaciones hilarantes, trama de principio a fin, capítulos cortos, humor grueso, fantasía, desarrollo ágil, contenido extremo... pero el final era demasiado simple y te dejaba con regusto amargo, precisamente por acabar en plan abrupto.
8.- Un buen título, experiencias interesantes.
De Viaje al culo de tu padre estoy más que orgulloso, en primer lugar porque la primera parte del libro, aunque sea corta, recoge todos los aciertos antes mencionados. En segundo lugar porque plasma la experiencia con el LSD como no se encuentra en ningún otro libro o relato de internet. Sí, definitivamente contar una experiencia propia interesante es garantía de ofrecer una buena historia y, además, también ostenta un índice de relectura elevado porque siempre que quieras volver a revivir la historia solo tienes que leerla de nuevo.
9.- Sexo y salseo.
Supongo que lo más atrayente tanto de Espabila coño que pareces tonto como de Cyka blyat es el contenido abiertamente sexual (a veces aberrante) y la historia del triángulo amoroso que se desarrolla en la trama de ambos libros. Son temáticas que siempre funcionan, al ser humano le gustan estas cosas, ya sean lectores o lectoras, y está visto y comprobado que las novelas eróticas ya no son solo cosa de viejas.
10.- Palabras inventadas, expresiones propias.
Si algo cabe destacar de Elvemon, comenzó siendo un troll y mírale ahora es la imaginación que invirtió su autor en crear un mundillo aparte, con su propio léxico y sus expresiones barriobajeras propias. Es ofrecer novedad, a mí mismo me cautivaron sus historias más por la manera de contarlas que por el contenido de las mismas en sí. Supongo que es lo más complicado de todo lo expuesto anteriormente puesto que como os decía al comienzo de este párrafo hay que echarle imaginación y, bueno, está claro que es un valor en alza. De hecho si los libros de Tolkien siguen cautivando a día de hoy es precisamente por eso.
Pues eso chavales, con esta fórmula alquímica que os ofrezco creo haber resuelto el misterio que se esconde para hacer de tu novela uno de los mejores libros de la historia de la literatura. Obviamente a prácticamente nadie le interesa... pero os aseguro que para nuestro próximo trabajo utilizaré la experiencia recabada tras tantos títulos publicados para ver si la próxima vez conseguimos pulir nuestra propia piedra filosofal.
Estad atentos, mamones.
-R-
