Decían los Nailbomb, en el título original de su disco en directo, que estaban 'orgullosos de perpetrar un suicidio comercial' cuando después de formar la banda sacaron un solo disco, dieron un solo concierto y después se disolvieron sin más. Bueno, obviamente era fácil para Max Cavalera cometer un suicidio comercial cuando su otra banda, Sepultura, estaba en la cresta de la ola, petándolo máximo, ocupando las portadas de todas las revistas de metal, vendiendo más discos que nadie y llenando más festivales que el resto de bandas de principios de los noventa. ¡Así claro que yo también cometería un suicidio comercial, no te jode! ¡Jajaja!
Bueno pues, con nuestro nuevo libro sucede más o menos lo mismo. Para qué nos vamos a engañar. Voy a sacrificar LA MIERDAMORFÖSIS en todos los sentidos. Para empezar, la idea que he tenido siempre con respecto a su publicación es que estuviese destinada a distribuirse totalmente gratis, fuera de cualquier pretensión comercial, y a poder ser en los círculos de fanzines y publicaciones independientes. También es fácil para mí desprenderme de ella, porque Maricones del espacio ya está comenzando a funcionar y La Mierdamorfösis no cumple con los requisitos mínimos para pertenecer a esta colección. Me refiero a que, aunque está escrita con el mismo estilo desenfadado y tiene su sordidez y su humor negro, esta nueva publicación ostenta un tono demasiado pesaroso y lastimero para mi gusto, con lo cual no debería incluirse junto con el resto de los Maricones. Hay que procurar no hacer lo mismo que hizo la discográfica EPITAPH, que traicionó sus raíces punk-hardcore cuando comenzó a editar discos de otros estilos. Está muy bien escuchar todo tipo de música y tal, no digo que no, pero está claro que si uno va a ver una peli de Rocky no espera ver romanticismo pastelero sino mamporros por doquier. Por eso considero que es importante no emponzoñar el concepto original de nuestra colección MARICONES DEL ESPACIO metiéndole libros de otras temáticas. Eso sería una cagada imperdonable a la altura de cuando Metallica sacaron el Load y dejaron a la peña con el culo torcido. De todas formas, dejando de lado el tema de cómo lo vamos a publicar, aunque todavía no lo he releído de nuevo tengo la sensación de que el libro es muy bueno pese al rollo bajonero.
Mientras lo escribía me acordaba mucho de "Johnny cogió su fusil", precisamente porque la novela de Dalton Trumbo también abusa de la extrema sordidez hasta tal extremo que consigue invadirte con una tristeza y un desasosiego que es más propio de una pesadilla de las chungas. Antes incluso de terminarla ya sabía que acabaría así, con lo cual acepté que esta novela sería una novela gris y, como la de Trumbo, son de esos libros que aunque te hayan gustado te los leerás una vez y, a poder ser, nunca más. No sé el resto de los mortales, pero a mí por lo menos no me mola pasarlo mal o amargarme porque sí.
Por último, y a sabiendas de que puedo hacerme un poco cansino, quisiera recordar aquí que con este libro pretendo homenajear esa época primigenia del punk, el UK-82, en cuyo marco aparecieron unas formaciones que alcanzaron amplia repercusión a nivel mundial sin que por ello interviniesen las multinacionales del negocio musical. Una época pasada donde las creaciones respondían a aspiraciones de idealistas que quisieron contribuir con el progreso humano, sin por ello reparar en que apenas iban a vender una puta mierda.
Ese rollo ya no existe, porque todo el mundo se mueve por interés y con afán de llenarse los bolsillos, de ahí que ni que sea de una forma relativamente altruista, entreguemos LA MIERDAMORFÖSIS a su verdadero público. Yo mismo me encargaré de distribuirlo por las páginas donde se ofrezcan fanzines gratuitos de temática anarcopunk. Ya para terminar, incluyo una imagen de los cuatro álbumes que me acompañaron durante estos dos últimos años que he vivido un poco bajoneramente, ya sabéis, por la incertidumbre del cambio de trabajo, por el año terrible en el que mi hija apenas nos dejaba dormir y por la reciente pérdida de nuestra gata la Plasto. A la memoria de nuestra gata quiero dedicar el libro. La vida tiene eso, que te gustaría estar en plan "Cero dramas, siempre esmáil", como Áless Gibaja, pero es inevitable que haya épocas chungas en que lo pasas mal aunque no quieras.
¡Hala chavales, ánimo! Yo me saco la mierda de encima y se la enchufo a los demás, pa que se jodan. Podéis hacer vosotros lo mismo, jajaja.
-R-