El otro día lo comentaba con @Murmaider y no quisiera dejar mi más sentida opinión en este, el blog de mis amores, para hablaros de por qué le pillé asco a Tarantino después de haber estado cantando alabanzas sobre PULP FICTION desde el mismo día que la vi en el cine. Aprovechando que sé que os gusta leer, dejad que os cuente la historia entera:
La historia comienza, cómo no, cuando yo era un pajillero zagal de unas 13 pestes y me metí en la sala más pequeña de todo el cine Kursaal a ver Pulp Fiction atraído mayormente por la pintaza que tenía Uma Thurman en el poster original. Resulta que como no había ido nadie a verla, pues como os decía la pusieron en la sala más pequeña de todas, aquello estaba lleno de gamberros prepúberes que no pararon de hacer el subnormal durante todo el metraje. Como era de esperar la película me impactó muchísimo, y tuve la gran suerte de que a la salida nos regalaron entradas para verla otra vez por los altercados que se habían sucedido en la sala mientras veíamos la peli (Los chavales aquellos se liaron a hostias por no sé qué gilipollez y el acomodador les acabó echando a mitad). Ni que decir tiene que no entendí apenas nada de lo que había visto, pues a comienzos de los noventa no eran nada habituales aquellos saltos en el guión, aquellos diálogos con tanta profundidad, aquellas escenas tan explícitas como lo del chute de heroína en primer plano o lo del tiro en la cara que le pegaban al negro.
Desde aquel día quise ser fanático de Tarantino; alquilé Reservoir dogs y me reafirmé en mi decisión, pero conforme iba viendo el resto que fue sacando, en plan Jackie Brown, Tú asesina que nosotras limpiamos la sangre, Four rooms, Abierto hasta el amanecer etc pues como que me fui desencantando porque, bueno, todas tenían su aquel y tal... pero ninguna me parecía comparable a la maravilla que presencié cuando vi Pulp fiction, de hecho me la compré en VHS y no sabría decir cuántas veces las llegué a ver.
Luego llegó Kill Bill, y ahí ya sí que me bajé del tren completamente. No me gustó nada, y ojo que no la critico, que sobre gustos está todo escrito como dice Capaz Fernández... solo es que en esa peli ya estaba muy lejos de la magia con la que a mí me atrajo en la peli de los gángsters, es decir: Tenía su gore, su musiquilla bien escogida, su trama con venganzas y katanas... Y yo seguía sin saber qué demonios era lo que les faltaba a aquellas películas a las que todo el mundo parecía encantar y a mí no hacían más que defraudarme una tras otra. Hasta que descubrí con maravilla y estupor
LAS REGLAS DEL JUEGONo es que Las reglas del juego sea un peliculón, pero me dio la clave para entender por qué había perdido la fe en Tarantino... y la respuesta es ROGER AVARY, el responsable de aquella intensidad que encontré en Pulp fiction y de la que adolecen las películas del afamado director antes mencionado. Roger Avary, que aparece en la foto de arriba recibiendo el Oscar al mejor guión por Pulp fiction junto a Quentin, fue completamente relegado al olvido cuando en realidad tenía muchísimo peso en la grandeza de tan galardonado filme. Si uno se ve Las reglas del juego y la compara con Pulp fiction se da cuenta de las muchas similitudes: En la forma anacrónica de contar las historias; en el uso de planos novedosos como la pantalla partida para relatar dos historias que suceden al mismo tiempo; el humor negrísimo (la peli comienza con un paleto desvirgando a la protagonista, luego le vomita encima y acto seguido suena la cabalgata de las Valquirias ¡Bravo!); las escenas de impacto (el suicidio de la chica en la bañera es tan truculento como el primer plano del brazo de Vincent inyectándose heroína); las anécdotas personales (Cuando Víctor cuenta su viaje por Europa es como cuando Jules habla de sus vivencias en Holanda); también hay un momento de sobredosis como el de Mía; frases de aquellas sórdidas para retener (Te necesito tanto como tener un ojete en el codo) y luego los personajes secundarios del copón, donde en Pulp Fiction tenemos al sr. Lobo y en Las reglas del juego tenemos a Pichard (¡No me llamo Richard, me llamo Pichard! XD).
La casualidad también quiso que viese la peli de Avary en el cine, y salí de allí con la sensación de haber visto por fin la verdadera secuela de Pulp fiction. Así es como la describo. Obviamente de lo que adolece es de que le falta la forma; le faltan los trajes negros, le falta la selección de temas funkies y le falta el increible diseño de los planos que solo Tarantino sabe conseguir... pero ¿Y qué? Eso no es más que la forma, la ornamentación, la imagen. Lo que yo eché en falta era el contenido, y de eso Las reglas del juego va sobrada, más cuando tienes la intensidad propia de los veinte años y la ves por casualidad; a mí me cambió la vida y bastante, la verdad.
Podría comparar la singularidad de Pulp fiction con Kill'em all the Metallica ¿Por qué ninguno de sus discos posteriores se le parece? Pues porque para el segundo disco ya no contaban con Dave Mustaine en la composición. Metallica se quedó con el nombre e hizo discos musicalmente muy logrados, pero que adolecían de la energía que le puso Mustaine a las primeras canciones (La ira es energía, como decía John Lydon).
La maravilla entonces se encuentra en la combinación de la forma y el contenido, de Quentin Tarantino + Roger Avary, una singular mezcla que no se ha vuelto a repetir y que hacen de Pulp fiction una obra maestra del cine de los '90 en todo su rara avis.
Y eso es todo lo que tengo que decir sobre Pulp fiction.
PD: Bueno y sobre Roger Avary cabe destacar que poco o nada a conseguido después de obtener el Oscar, el Bafta y el Globo de Oro por el guión de la susodicha. Por lo visto atropelló a un tío cuando conducía borracho (se lo cargó) y lo metieron en la cárcel. Me parece haber leído por ahí que luego encima le alargaron la condena por hacer el gilipollas, así que podría decirse que al igual que GG Allin vivía su vida tal como escribía sus guiones. Un fiera.
-R-