
Obviamente, cuando vi el percal, me arrepentí mogollón de haber dejado mi anterior empleo... pero con los días pude darme cuenta de que, bueno, si no lo hubiese dejado entonces lo habría terminado dejando de todos modos. Había que arriesgar, es complicado que las cosas salgan bien a la primera, quien está acostumbrado a cambiar de empleo lo sabe de sobras.
Lo más importante tal y como os comentaba en algún artículo anterior, es aprender a sobreponerse al fracaso y tener siempre una actitud ganadora. Lo he aprendido gracias a mi experiencia con los libros y lo cierto es que puede aplicarse en cualquier ámbito de la vida. Lo dicho, no os dejéis vencer por el miedo al qué pasará ni os conforméis con lo que tenéis si es que no os gusta. De lo único que se arrepiente uno es de las cosas que no hace.
Mañana tengo una entrevista en una empresa importante. Cuando me estabilice de nuevo tendré ánimos para volver a la carga con los Maricones. ¡Ah! y gracias al cenutrio del que os hablaba ya tengo material de sobras para que el próximo libro sea tan bueno o más que el anterior, jajaja.
PD: La ilustración es de nuestro admirado Teodoro, quien fuera en su día Elreydespaña.
No perdáis la oportunidad de vivir, coño, que sólo sucede una vez en la vida.
-R-
-R-
No hay comentarios:
Publicar un comentario